
El pasado 9 de julio, Nvidia alcanzó un nuevo récord al superar los 4 billones de dólares de capitalización bursátil en el NASDAQ, convirtiéndose en la primera empresa del mundo en cruzar ese umbral. La tecnología consolida así su dominio en el sector de los chips y su papel central en la revolución de la inteligencia artificial (IA).
El ascenso ha sido tan meteórico como emblemático: desde principios de 2023, la empresa ha multiplicado su valor por más de cuatro veces, impulsada por una demanda sin precedentes de chips para entrenamiento de modelos de IA. Sus resultados acompañan: 44.000 millones de dólares en ingresos trimestrales, un crecimiento interanual del 69%, con más del 90% del mercado de chips de IA para centros de datos bajo su control.
Según Verónica Llera, analista de mercados financieros, "la narrativa dominante es clara: la inteligencia artificial transformará sectores enteros y generará ganancias exponenciales". No obstante, advierte que "la tecnología como inversión exige una mirada matizada, pues no todo crecimiento equivale a valor".
El economista Juan Ramón Rallo también introduce un enfoque prudente. "Yo creo que la pregunta es más bien si hay una burbuja, no de valoraciones, pero sí de expectativas sobre el potencial de la inteligencia artificial y por los centenares de miles de millones de dólares que se van a gastar en su desarrollo", sostiene. "No soy experto en el campo, pero creo que la inteligencia artificial es una de las mayores innovaciones potenciales, o la mayor, que puede llegar a hacer la humanidad", añade.
Valoraciones altas, expectativas aún más elevadas
A pesar de sus impresionantes cifras, el mercado se pregunta si el valor bursátil de Nvidia está justificado. La empresa cotiza con un PER superior a 34x, representando ya el 7,3 % del S&P 500 y el 9,3% del Nasdaq 100. "¿Estamos premiando el crecimiento real o comprando altas expectativas?", plantea Llera.
Para Rallo, las diferencias con la burbuja de las puntocom son claras: "En aquel momento muchas empresas de las que cotizaban a múltiplos gigantescos no ganaban dinero, y no se sabía cuándo lo iban a empezar a ganar. Con Nvidia no sucede eso. Nvidia sí gana dinero, mucho dinero".
"No estamos pagando 500 veces beneficio. Estamos pagando 50. Lo normal sería pagar 20 o 22, vale, sí, algo más, o el doble incluso, pero por la expectativa de crecimiento futuro, que ya veremos si está fundamentado o no", explica en la Noche de Dieter.
Y remata: "Si no está fundamentada, la empresa no vale nada. Pero si sigue liderando el mercado y no tiene competidores que le coman la tostada, entonces tiene sentido que se pague más por ella".
El impacto de DeepSeek y el contraataque con ARM
El camino no ha estado exento de sobresaltos. DeepSeek, la startup china que sorprendió con un modelo IA altamente eficiente, provocó que NVIDIA perdiera 600.000 millones de dólares en capitalización en solo 24 horas. Pero lejos de quedarse quieta, la compañía ha respondido con una alianza estratégica con MediaTek para desarrollar una APU basada en arquitectura ARM, orientada al gaming portátil.
Para Rallo, el episodio DeepSeek es clave para entender la dinámica actual: "No está claro que China lo consiguiera sin chips de NVIDIA. Muchos analistas consideran que probablemente sí los estuvieran usando de forma indirecta".
Además, introduce la paradoja de Gibbons: "Cuando se abarata un recurso clave, como los chips, su demanda aumenta sobreproporcionalmente. Si DeepSeek logra resultados con chips menos potentes, con chips más potentes podría lograr aún mejores. Y eso implica que la demanda va a seguir aumentando".
¿Estamos ante una burbuja?
La situación actual presenta ciertos paralelismos con burbujas pasadas: concentración de rentabilidades en pocas compañías, narrativas de cambio estructural, y múltiplos de valoración elevados. "Lo que distingue esta ola es que se apoya en avances reales", aclara Llera, "pero eso no exime de riesgos".
Rallo añade contexto con un ejemplo revelador: "Inditex gana 4.000 o 5.000 millones al año y vale en bolsa 130.000 millones. Nvidia gana 80.000 millones y vale 4 billones. Sí, el múltiplo es alto, pero no es descabellado. Y sobre todo, Nvidia tiene fábricas, chips, instalaciones… cosas que se pueden tocar. No estamos comprando humo como en 2000".
Una revolución en torno a la inteligencia artificial
La inteligencia artificial promete una transformación estructural, pero la velocidad del rally tecnológico plantea dudas sobre su sostenibilidad. "El crecimiento ha sido demasiado estrecho y muy concentrado. Eso deja escaso margen para la decepción", advierte Llera.
Nvidia, por ahora, sigue batiendo récords: ingresos récord, márgenes brutos superiores al 71% y liderazgo en centros de datos y gaming. Sin embargo, también carga con riesgos, como el impacto de las restricciones estadounidenses a la exportación de chips H20 a China, que le han costado 4.500 millones de dólares en cargos extraordinarios.
De cara a los próximos meses, los ojos estarán puestos en sus resultados del segundo trimestre, que se publicarán el 27 de agosto, y en el contexto macroeconómico. Si la Reserva Federal no inicia pronto una senda de recortes de tipos, los activos más sensibles, como las tecnológicas, podrían resentirse.
Como concluye Rallo: "Nos queda muchos años de mucha inversión en inteligencia artificial y, por tanto, en chips, en GPUs, los ofrezca quien los ofrezca. Hoy por hoy Nvidia; en el futuro, ya veremos".

