"Nunca antes lo había contado", decía Carlos Cuesta en la Mañana de esRadio, "pero desde que publiqué El Número 1 el 28 de mayo (su último libro sobre la corrupción de Pedro Sánchez), llevo cinco requerimientos de la Agencia Tributaria". Hablaban el director adjunto del grupo Libertad Digital en tiempo de Tertulia en Es la Mañana de Federico, de la persecución fiscal, el verdadero terror, al que el Fisco ha sometido a periodistas, empresarios, autónomos y también políticos y artistas desde que Cristóbal Montoro puso en marcha el terror fiscal y que ha continuado María Jesús Montero.
Si este lunes era Bieito Rubido, director de El Debate, quien contó la persecución fiscal que sufrió siendo director de ABC tras sacar exclusivas en 2017 sobre Equipo Económico, Carlos Cuesta también ha recordado cómo por aquellos mismos años le investigaron por una sociedad de la que era titular. Sus abogados consiguieron demostrar que todas las dudas que los inspectores fiscales habían manifestado estaban plenamente explicadas y conforme a la Ley, sin embargo, le dijeron que "tenemos orden de sancionarte".
Son sólo algunos ejemplos del terror fiscal al que la Agencia Tributaria lleva sometiendo a los contribuyentes españoles desde hace años. Un elemento de chantaje institucional que deja en la más absoluta indefensión a los contribuyentes a los que investiga a quienes, a menudo, arruina o destroza su vida durante años si no se pliegan a pagar el chantaje.

