
Sánchez culmina la entrada del PNV en Talgo. El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el gasto de 75 millones de euros para que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) compre parte del capital de la empresa española fabricante de trenes.
La SEPI ha justificado la operación ante la CNMV aludiendo a que "la inversión toma especialmente en cuenta el conjunto de tecnologías y capacidades industriales con que cuenta Talgo, haciendo de esta compañía un actor clave para la movilidad ferroviaria en España".
Sin embargo, la realidad es que esta aportación de dinero público por parte del Estado responde a un interés político que se se fraguó en la última reunión entre Pedro Sánchez y el Lehendakari, Imanol Pradales, a mediados de este mes.
Y es que, la entrada de la Sepi en Talgo para facilitar que el consorcio vasco Sidenor (del que forma parte el PNV) compre el 29,7% de la compañía (en manos del fondo Trilantic) era una exigencia de los independentistas a Sánchez. Y lo han conseguido.
Además de la entrega de una parte de la Seguridad Social, que también se concedió hace dos semanas, el Gobierno vasco se marchó de Moncloa habiendo ganado el apoyo estatal para su llegada a Talgo.
La aportación de la SEPI se traducirá en 45 millones de euros a través de una ampliación de capital de Talgo, así como en otros 30 millones de euros mediante un préstamo convertible en acciones.
Un 41% más caro
En concreto, la ampliación se llevará a cabo con exclusión del derecho de suscripción preferente mediante la emisión y puesta en circulación de un máximo de 10.588.235 acciones de 0,301 euros de valor nominal cada una de ellas, de la misma clase y serie que las actualmente en circulación y a un tipo de emisión de 4,25 euros por acción, lo que equivale a un porcentaje accionarial de 7,87% sobre el capital social ampliado.
Esta cuantía supone que la SEPI (es decir, todos los contribuyentes) abonará un sobreprecio del 41% respecto al valor de mercado de Talgo, cuya acción han cerrado hoy en los 3 euros.
Como se observa en el siguiente gráfico, que abarca el último año, las acciones de talgo se han venido depreciando desde el entorno de los 4 euros en los que cotizaban hace un año.

Y es que, las intromisiones del Gobierno en esta compañía privada han sido constantes. La más destacada fue la prohibición de venta de la compañía al consorcio húngaro Magyar Vagon. Después, también
En cuanto al préstamo de 30 millones, será también con exclusión del derecho de suscripción preferente, a un tipo fijo del 10,21% anual, capitalizable y pagadero al vencimiento a 8 años (con eventual extensión a 10 años), en efectivo o con entrega de acciones (precio de conversión a 8 años o a valor de cotización con descuento del 30% a 10 años), todo ello a decisión de Talgo.
Talgo refinanciará deuda
La SEPI explica que esta operación está sujeta al cumplimiento previo o simultáneo de una serie de condiciones, entre ellas el cierre de la compra por parte del Gobierno vasco y las fundaciones BBK y Vital (Sidenor) de ese 29,77%.
Este consorcio también tendrá que suscribir otras obligaciones convertibles de 75 millones de euros, en las mismas condiciones que la SEPI.
Asimismo, las entidades financieras de Talgo deberán aprobar una nueva estructura de endeudamiento integrada en dos tramos: financiación de 650 millones con vencimiento a 6 años y una línea de circulante de 120 millones con vencimiento a tres años, con extensión automática durante dos años más.
Adicionalmente, se concederá una nueva línea de avales por parte de las entidades financieras de 500 millones de euros para que la aportación de la SEPI se materialice. En total, 1.270 millones de oxígeno.
Talgo atraviesa una posición delicada después de que Renfe le impuso una multa de 116 millones por entregar trenes Avril con más de dos años de retraso. Esta situación ha dificultado la venta de las acciones por parte de Trilantic y ha impactado en las las cuentas de la compañía. Ahora, el Gobierno soluciona el problema a golpe de cheque.


