
La Dermatosis Nodular Contagiosa (DNC), también conocida como Lumpy Skin Disease (LSD), es una enfermedad viral que ataca exclusivamente al ganado bovino y se transmite principalmente por la picadura de insectos y, en menor medida, por el contacto directo entre animales.
Los síntomas más comunes son fiebre, bultos en la piel que pueden abrirse y supurar, inflamación en los ganglios, pérdida de peso, disminución en la producción de leche y, en los casos más graves, infertilidad o incluso la muerte del animal.
Esta plaga se está extendiendo por el sur de Europa y ya ha puesto en alerta a los ganaderos españoles porque, aunque no representa un riesgo para la salud humana, el impacto económico puede ser devastador.
Brotes que se expanden hacia el sur
La DNC es una vieja conocida. En el año 2015 irrumpió en Grecia, Bulgaria y los países balcánicos. La Unión Europea tuvo que financiar una campaña de vacunación masiva para contener la enfermedad y los casos pasaron de miles a unos pocos cientos en 2017, según datos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Sin embargo, en junio de 2025 se registraron nuevos brotes en Italia y en Francia. Según el último informe del Ministerio de Agricultura, Desde el inicio del brote, Italia ha comunicado a través del Sistema de Información de Enfermedades Animales (ADIS) en total 37 focos de DNC, 36 de ellos en Cerdeña y 1 en Lombardía. En lo que respecta a Francia, ha comunicado a través de ADIS en total 39 focos de DNC, 19 de ellos en el departamento de Saboya y 20 en el de Alta Saboya.
España: libre de DNC, pero en riesgo
En España, hasta la fecha no se han declarado nunca focos de Dermatosis Nodular Contagiosa. A pesar de ello, los ganaderos han elevado el nivel de alerta porque la incursión de esta enfermedad supondría un impacto negativo tremendamente dañino para las explotaciones.
En primer lugar, están las pérdidas directas que supone la reducción drástica de producción de leche, degradación de la piel para el cuero así como las medidas sanitarias de tratamiento y prevención que implican sacrificios obligatorios, vacunaciones masivas y cuarentenas. De hecho, la región italiana de Cerdeña acaba de destinar casi 9 millones de euros para pagar compensaciones a los ganaderos y vacunación de emergencia.
En segundo lugar, en el caso de declararse un foco en España, estaríamos ante un más que posible cierre de las exportaciones de ganado vivo, leche, productos lácteos o pieles a terceros países, como ya ocurrió con Francia y el Reino Unido tras el pasado brote de junio.
Según el Ministerio de Agricultura, España cuenta con un programa de vigilancia "de tipo pasivo tanto en animales domésticos como en animales silvestres" que se basa en dos pilares: el reconocimiento de los síntomas característicos de la enfermedad y la notificación inmediata a los servicios veterinarios oficiales de cualquier sospecha que se produzca".

