Se cumple un mes sin Ángel Fernández. El pequeño, de 11 años, desapareció el 10 de diciembre junto a su primo Fernando, de 17 años, del que era inseparable. El cadáver del mayor apareció cinco días más tarde en el Ecoparques de Toledo -en muy mal estado, tras pasar por el "tratamiento de residuos"- y se teme que el cuerpo sin vida del menor se encuentre sepultado por la basura en el mismo lugar.
La Policía Nacional sigue buscando al niño madrileño en una zona acotada del vertedero. Una superficie similar a la de un campo de fútbol que acumula entre 9.000 y 10.000 toneladas de residuos, de la que han revisado alrededor del 30%. En las tareas participan efectivos de la Policía Judicial, guías caninos, el Grupo Operativo de Intervención Técnica (GOIT) y la Policía Científica, con retroexcavadoras y maquinaria auxiliar.
Causas de la desaparición
Aun así, desde Sociedad Gitana Española solicitan que se aumenten los "medios humanos, tecnológicos y materiales" para la búsqueda de Ángel. En una concentración celebrada este lunes por la tarde frente al Colegio Honduras del distrito de Villa de Vallecas, donde estudiaba el pequeño, han reclamado que investiguen "a fondo" las causas de la desaparición de ambos primos y la muerte del mayor, confirmada el 21 de diciembre.
Mientras el cuerpo de Ángel no aparezca, el entorno prefiere mantener la esperanza de que siga vivo. Así será "hasta que se demuestre lo contrario", ha señalado Juan José Cortés, cabeza visible de Sociedad Gitana Española. La familia, que está totalmente abatida, sigue creyendo que puede haber terceras personas implicadas en la desaparición de los menores.
Varias hipótesis
Por su parte, la Policía Nacional mantiene varias hipótesis abiertas. Aunque todo apunta a que se marcharon de forma voluntaria. Se cree que pudieron ir a Toledo para que Fernando se encontrara con una chica con la que había mantenido una relación sentimental. Hay constancia de que estuvieron en un supermercado, en un hotel y en un centro comercial de la ciudad, tras su desaparición.
Precisamente es en esta última ubicación donde se les pierde la pista, en la capital toledana. Las cámaras de seguridad les captaron, pero no se sabe -o no ha trascendido, ya que el juez mantiene el secreto del sumario- qué pasó a partir de ese momento. Es decir, desde que salen del centro comercial hasta que acaban en un contenedor cuyos residuos serían posteriormente recogidos por un camión que les trasladaría hasta el vertedero.