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Madrid

Del plan estrella por San Valentín en Madrid al más loco: una iglesia abandonada

Pasear en las barcas del Retiro, cenar en La Latina o visitar el museo Reina Sofía: así se celebra el Día de San Valentín en Madrid.

¿Celebrar el Día de San Valentín sí o no? ¿El plan perfecto por Madrid para este día? ¿Un restaurante al que ir a cenar? ¿Qué no te gustaría que te hicieran? Libertad Digital ha salido a recorrer las calles de la capital para descubrir qué hace la gente por el Día de los Enamorados y también para desenterrar esos planes que, para muchos, deberían ser desterrados del calendario.

El 14 de febrero ha dejado de ser una fecha exclusivamente relacionada con el amor de pareja para evolucionar a una jornada donde también tienen cabida celebrar el amor propio o el de una madre. Casi la mitad de los entrevistados ha asegurado que pasará el día con su familia o amigos… incluso hay quien confiesa que lo disfrutará en solitario. "Hacer algo dependerá de cómo me sienta ese día", explicaba un chico en plena plaza de Tirso De Molina.

Pero los hay también fieles seguidores de la tradición, como una pareja que lleva más de medio siglo celebrándolo "siempre". "Coincide con nuestro aniversario, así que aprovechamos para hacer fiesta ambos días", comentaron, mostrando con complicidad sus anillos a la cámara justo antes de dirigirse al teatro, uno de sus planes escogidos.

Aunque el abanico de cosas que hacer en Madrid para San Valentín es muy amplio —desde un paseo en las barcas del Retiro, visitas al museo Reina Sofía o al cine, hasta recorrer las calles del centro—, hay un destino final en el que todos coinciden: la mesa. La cena sigue siendo el plan estrella, ya sea en casa, con unas cañas en Ponzano, de tapeo en el barrio de Las Letras, en un rooftop de Gran Vía, en un restaurante tradicional gallego o en uno de vanguardia como Farah, en pleno barrio de La Latina: comer y beber se consagran, una vez más, como el plato fuerte de este día. "Nosotros escogimos un tablao flamenco y tapas", compartía una pareja de turistas, explicando que para el 14 de febrero siempre buscan experiencias que no harían en otro momento.

En cuanto a los lugares más románticos de la ciudad, hay uno que se consagra como la opción más repetida por madrileños y no madrileños, y que se ha convertido en uno de los spots más icónicos para ver el atardecer: el Templo de Debod. Otros aseguran ser "más de Las Vistillas" o del mirador de San Francisco el Grande, y algunos apuestan por rincones nada usuales, como una iglesia abandonada. "En Madrid hay muchos, pero La Latina es muy buen sitio, con las flores, el McDonald’s", responde una joven de 18 años cuya cita perfecta sería "ir al cine a ver una película de amor, a comer al Five Guys y a un buen hotel", siempre y cuando "me inviten".

Muchos coinciden en que los "típicos" regalos "cursis" —como un osito de peluche con una rosa— deberían desaparecer del Día de San Valentín. La mayoría prefiere experiencias para disfrutar con su pareja o detalles más personalizados que demuestren que han pensado en ellos. Una joven, por ejemplo, confesaba que "odiaría" recibir unos calcetines, recordando que su expareja le regaló unos con sus caras estampadas en la prenda. Sin embargo, también hay quienes aseguran que recibirían bien hasta un "pañuelo de papel" porque lo que cuenta es el detalle. Y para algunos, la mejor opción es no regalar nada "y que me regalen a mí".

Más allá de los regalos, los madrileños también eliminaría del radar los planes demasiado "cliché", entre los que mencionan ir al cine o cenar en sitios como Vips o 100 Montaditos. "Está rico, pero para una cita..", comenta entre risas una pareja de jóvenes creadores de contenido.

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