
Dieciocho jueces decanos de la Comunidad de Madrid han mostrado su "más rotundo y firme rechazo" a la decisión del Ministerio de Justicia de transformar tres juzgados de instrucción en juzgados especializados en Violencia sobre la Mujer, una medida que, según denuncian, implicaría la pérdida de hasta una cuarta parte de los recursos destinados actualmente a perseguir delitos en los partidos judiciales afectados.
La transformación está prevista en los juzgados de instrucción de Alcalá de Henares, Móstoles y Torrejón de Ardoz, y ha sido duramente criticada por estos jueces, que ejercen en los principales partidos judiciales de la periferia madrileña. El grupo firmante representa a 18 de los 20 decanos de estos partidos judiciales, y se suma así al rechazo expresado por los jueces de instrucción de Madrid capital, incluida su juez decana, María Jesús del Barco.
Ambos colectivos alertan de que esta reestructuración perjudicará a las víctimas, alargará los tiempos de instrucción de las causas y reducirá drásticamente los recursos humanos y materiales con los que actualmente se investiga el delito en general. "La solución a la sobrecarga de los juzgados de violencia sobre la mujer no puede pasar por suprimir juzgados de instrucción", denuncian los decanos en un comunicado conjunto.
Reclaman más juzgados especializados, no menos instrucción
Los jueces no se oponen a que se refuercen los juzgados especializados en violencia de género, pero exigen que se haga a través de la creación de nuevas unidades específicas y no a costa de recortar los recursos ya existentes en otras áreas. Además, recuerdan que estos juzgados deberán asumir nuevas competencias a partir de octubre, cuando también se ocuparán de casos de violencia sexual.
Por ello, reclaman que se garantice una especialización real, con más medios y una mejor organización de las guardias entre los juzgados especializados de la periferia de Madrid, con el fin de responder adecuadamente al aumento de funciones.
Un sistema ya sobrecargado
Los decanos advierten de que los juzgados de instrucción ya están asumiendo una carga considerable de trabajo relacionado con la violencia de género. De hecho, explican que los jueces de instrucción sustituyen a los jueces especializados en violencia sobre la mujer durante 180 días al año —en vacaciones, permisos o festivos— y además cubren las tardes y noches todos los días del año, lo que supone un 50% del tiempo total.
A juicio de los magistrados, eliminar tres juzgados de instrucción para destinarlos a violencia de género no solo no resolverá el problema de sobrecarga, sino que lo agravará al reducir los recursos disponibles para la instrucción penal general.
El plan del Ministerio forma parte de una iniciativa más amplia para reforzar los juzgados especializados en violencia sobre la mujer. Sin embargo, la fórmula elegida —convertir juzgados existentes en vez de crear nuevos— ha levantado una fuerte oposición en el ámbito judicial.
Los jueces consideran que esta estrategia compromete seriamente la capacidad de respuesta del sistema penal y supone un paso atrás en términos de eficiencia y especialización. "La creación de juzgados especializados debe hacerse con medios nuevos, no a costa de debilitar otras jurisdicciones esenciales para la persecución del delito", insisten los decanos.
