
La Comunidad de Madrid ha anunciado que este verano llevará a cabo 52 controles sanitarios en las cuatro zonas naturales aptas para el baño en la región. Según ha informado la Consejería de Sanidad, estos análisis tienen como objetivo garantizar la calidad del agua y prevenir riesgos para la salud de los ciudadanos que acuden a estos espacios durante los meses estivales.
Cuatro zonas autorizadas y supervisión continua
Las zonas naturales donde se concentran estos controles son el Embalse de San Juan, en los enclaves de El Muro y Virgen de la Nueva (San Martín de Valdeiglesias); la Playa del Alberche, en Aldea del Fresno; Las Presillas, en Rascafría; y Los Villares, en Estremera. El periodo oficial de baño se mantiene activo hasta el 15 de septiembre.
La vigilancia corre a cargo de técnicos de la Subdirección General de Seguridad Alimentaria y Sanidad Ambiental, con el apoyo del Laboratorio Regional de Salud Pública. Los análisis se centran en detectar posibles contaminaciones microbiológicas y asegurar el cumplimiento de los criterios higiénico-sanitarios marcados por la normativa europea.
Llamamiento a evitar zonas no autorizadas
El Gobierno autonómico ha reiterado la recomendación de no bañarse en lugares no autorizados, donde existe riesgo de contaminación del agua y mayor probabilidad de sufrir accidentes por golpes, cortes, quemaduras o ahogamientos.
Desde la Consejería se recuerda que el baño en enclaves desconocidos o sin control sanitario puede suponer una amenaza para la salud, tanto por la presencia de microorganismos patógenos como por las características del entorno acuático.
Asimismo, se subraya la importancia de extremar la vigilancia sobre los menores, que deben permanecer siempre bajo supervisión en estas zonas.
Recomendaciones para un baño seguro
Además de los controles técnicos, la Comunidad de Madrid ofrece una serie de recomendaciones para disfrutar del baño de forma segura. Entre ellas destacan:
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Evitar exposiciones prolongadas al sol y utilizar siempre protección solar, especialmente en niños.
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Entrar de forma gradual en el agua para permitir la adaptación térmica del cuerpo.
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No lanzarse desde alturas elevadas ni en lugares de poca profundidad o con agua turbia, donde se pueden ocultar objetos peligrosos o personas.
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Mantener una buena hidratación, evitar el consumo excesivo de alcohol y ducharse tras el baño.
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Respetar el entorno natural, utilizando las papeleras y evitando dejar residuos.
Estas medidas se suman al dispositivo de vigilancia sanitaria para reforzar la seguridad de los bañistas y garantizar el uso responsable de los recursos naturales de la región durante el verano.

