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Madrid

Sánchez declara ahora la antigua cárcel de Carabanchel nuevo Lugar de Memoria

El Gobierno publica la tercera declaración en días y apunta a la antigua prisión provincial de hombres de Madrid como "símbolo del terror de Estado".

El Gobierno publica la tercera declaración en días y apunta a la antigua prisión provincial de hombres de Madrid como "símbolo del terror de Estado".
Memorial realizado por la Plataforma Ciudadana en los terrenos de la antigua cárcel | Europa Press

Por tercer día consecutivo, el Gobierno central ha vuelto a declarar un nuevo Lugar de Memoria Democrática en Madrid. Tras la Real Casa de Correos el miércoles y la tapia del cementerio de La Almudena el jueves, este viernes le ha tocado el turno a la antigua prisión provincial de hombres de Madrid, conocida como la cárcel de Carabanchel.

Según el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicado este viernes, el complejo penitenciario fue un "símbolo del terror de Estado" durante la dictadura de Francisco Franco y "microcosmos de la sociedad española bajo la dictadura", donde convivieron "represión, adoctrinamiento y resistencia". Levantada entre 1940 y 1944 "con el trabajo forzoso de un millar de presos republicanos", la prisión sustituyó a la Cárcel Modelo de Madrid, destruida durante la Guerra Civil.

El texto detalla que el edificio, con su diseño panóptico y su cúpula de hormigón de 32 metros, respondía a "la lógica del control absoluto sobre los cuerpos y las conciencias", reflejo de "la mentalidad autoritaria del régimen". El documento explica también que, aunque se concibió para mil reclusos, la masificación fue constante desde su inauguración, con miles de presos hacinados en celdas minúsculas, sin calefacción ni higiene y sometidos a condiciones infrahumanas.

Según recoge el BOE, la cárcel fue también escenario de más de doscientas ejecuciones entre 1944 y 1975, incluidas las de los anarquistas Francisco Granado y Joaquín Delgado, el dirigente comunista Julián Grimau y los militantes del FRAP José Humberto Baena, José Luis Sánchez-Bravo y Ramón García Sanz, fusilados en septiembre de 1975, en las últimas ejecuciones del franquismo. Por sus celdas pasaron figuras como Marcelino Camacho, Nicolás Sartorius, Miguel Boyer, Fernando Savater, Marcos Ana o Miguel Gila, entre muchos otros.

"El valor simbólico de Carabanchel reside en esa diversidad de experiencias: republicanos, comunistas, socialistas, anarquistas, nacionalistas, intelectuales, artistas y personas homosexuales castigadas por la Ley de Peligrosidad Social, todos ellos víctimas del mismo aparato de control político y moral", prosigue la norma aprobada por el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática.

Pese a su demolición en 2008, aún quedan restos del recinto: el pórtico de entrada, parte del muro exterior y el antiguo hospital penitenciario —hoy Centro de Internamiento de Extranjeros—, que serán preservados bajo la nueva protección.

Sin embargo, según ha indicado a través de un comunicado la Plataforma por un Centro de Memoria de la Cárcel de Carabanchel, "el texto no abarca la totalidad de los terrenos en su día ocupados por la cárcel".

El ministerio, dirigido por Ángel Víctor Torres, creará además en el lugar un espacio dedicado a "la divulgación de la represión franquista y de los derechos humanos", con placas, paneles y materiales audiovisuales con "finalidad conmemorativa, de homenaje, didáctica y reparadora".

Desde el Ayuntamiento de Madrid ya auguraron este jueves "un goteo continuo sobre estas cuestiones" en los próximos días. "El Gobierno tiene un calendario muy ajetreado con este asunto", ironizó la vicealcaldesa, Inmaculada Sanz, que denunció un claro "interés" de Pedro Sánchez "en seguir estableciendo trincheras entre los españoles".

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