La dictadura cubana considera que el exceso de velocidad en una carretera en reparación, señalizada a tal efecto, la falta de atención del conductor y un frenazo brusco causaron el accidente en el que murieron los opositores Oswaldo Payá y Harold Cepero.
Según un comunicado del ministerio cubano del Interior, los investigadores consideran que el español Ángel Francisco Carromero, al volante del automóvil de alquiler, "debió conducir a una velocidad promedio superior a los 120 kilómetros por hora".
"Fueron su falta de atención al control del vehículo, el exceso de velocidad y la incorrecta decisión de aplicar los frenos de manera abrupta en una superficie resbaladiza, las causas que determinaron este trágico accidente", agrega la nota oficial.
El Gobierno cita el testimonio de "tres testigos presenciales" para apuntalar esa hipótesis sobre la causa del siniestro, sin aclarar en qué situación legal se encuentra el español. En el extenso comunicado, que fue leído en la televisión estatal, añaden que la investigación y el proceso de instrucción penal sobre este accidente continúan.
Según la investigación oficial, el vehículo de alquiler que conducía Carromero y en el que viajaban Payá, Cepero y Modig, salió de La Habana a las seis de la mañana del pasado domingo y se dirigió a Santiago de Cuba (a 860 kilómetros al este de la capital cubana).
Los opositores iban en la parte trasera del automóvil (Payá en el lado izquierdo y Cepero en el derecho) y no llevaban puesto el cinturón de seguridad.
La versión oficial
Según el análisis pericial, "el lugar es una vía recta" de "buena visibilidad" y con una señal sobre la existencia de hombres trabajando en su mantenimiento, "precedida de otras similares que alertan a los conductores de los tramos en reparación". La legislación cubana establece que en este tipo de situaciones la velocidad de los automóviles no puede exceder los 60 kilómetros por hora.
Tras entrar en ese tramo a exceso de velocidad y frenar de forma brusca, el conductor perdió el control de vehículo que giró por su costado izquierdo durante 63 metros hasta impactar contra un árbol en el borde derecho de la carretera.
Según el dictamen médico forense, Payá falleció "instantáneamente a consecuencia de un traumatismo craneoencefálico", mientras que Harold Cepero murió en el Hospital Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo por un tromboembolismo pulmonar derivado de la fractura fragmentada de su fémur izquierdo.
Exteriores, a la espera
El Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación ha evitado valorar el comunicado cubano. Una portavoz del departamento que dirige José Manuel García-Magallo ha señalado que el Gobierno español mantiene la "máxima prudencia" y garantiza que Carromero seguirá teniendo toda la asistencia consular.
Con anterioridad a conocer el comunicado, fuentes diplomáticas habían indicado a Europa Press que el Gobierno se mantenía a la espera de que la Fiscalía cubana decidiera si imputaba cargos a Carromero. En este sentido, el comunicado del Ministerio cubano de Interior se limita a decir que "continúa el proceso investigativo y de instrucción penal, en correspondencia con las leyes cubanas".
Independientemente de la decisión que tome el fiscal, algo que no se espera antes de la próxima semana, la prioridad de la diplomacia española se centra en conseguir la autorización de los cubanos para trasladar a Carromero de Bayamo a La Habana y de ahí a España. No obstante, si el fiscal decide imputarle algún cargo -se le podría llegar a acusar de homicidio involuntario- tendría que someterse a un juicio en la isla.
