L D (N. G. Mostazo)
El Ministerio de Asuntos Exteriores dice que la visita de Ana Palacio estaba prevista con anterioridad y afirma que, cuando se preparó, el objetivo de la delegación española era hablar de la ayuda económica española a Siria, aprobada recientemente por el Consejo de Ministros, que acordó librar una serie de créditos con cargo al Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD) que España destinó a Siria, Jordania e Irán para que estos países hicieran frente a la oleada de refugiados procedentes de Irak. Sin embargo, los refugiados apenas han llegado a dichos países y, en el intervalo de tiempo desde que se preparó el viaje hasta ahora que se inicia, se han producido novedades en el panorama internacional que afectan a Siria directamente.
El Gobierno de EEUU lleva más de una semana, desde que los soldados estadounidenses llegaron a Bagdad, insistiendo en que Siria está albergando a jerarcas del depuesto régimen iraquí. Sus servicios de inteligencia han detectado a varios altos cargos de la dictadura de Sadam Husein tratando de refugiarse en Damasco. Además, Estados Unidos afirma que el régimen de Bashar al Assad tiene un programa de armas de destrucción masiva y protege a grupos terroristas como Hezbollá. El incremento de la presión estadounidense contra Siria, así como la inminente puesta en marcha del plan de paz para Oriente Medio, han hecho que el viaje de la ministra Ana Palacio a Damasco varíe notablemente en sus objetivos.
De momento, Ana Palacio viaja a Siria después de que el presidente del Gobierno español, José María Aznar, hablara el martes pasado por la noche con Bashar al Assad, el presidente sirio. Aznar mantuvo dicha conversación a petición del presidente estadounidense, George W. Bush, y, aunque reiteró que Siria no es un objetivo militar para nadie, lo cierto es que la Administración estadounidense no lo descarta, aunque sólo sea como medio de presión diplomática. Además, Ana Palacio llevará a Siria un mensaje directo de Estados Unidos, como reconoció días atrás el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell. En una entrevista televisiva, Powell reconoció que el miércoles pasado habló con Ana Palacio “sobre los mensajes que ella debería transmitir” al régimen sirio de parte de EEUU.
Aunque el secretario de Estado no detalló el contenido de tales mensajes, de sus declaraciones se deduce que Washington espera que Siria deje de apoyar a grupos terroristas, abandone su programa de armas de destrucción masiva y entregue a los aliados a todos aquellos miembros del depuesto régimen iraquí refugiados por el Gobierno de Damasco. Sin embargo, el ministerio español de Exteriores no menciona todos estos detalles y sólo dice que la visita de Ana Palacio responde al interés del Gobierno español en analizar con las autoridades sirias la evolución de la crisis de Irak tras el final de la guerra y del conflicto entre Israel y Palestina.
Ana Palacio se reunirá el lunes con el presidente sirio, Bashar al Assad, y con su homólogo, el ministro de Exteriores Faruk Al Shara. Este es el segundo desplazamiento que Ana Palacio hace a Damasco en el último trimestre, período en el que también ha visitado Egipto, Jordania, Turquía e Irán.
El Gobierno de EEUU lleva más de una semana, desde que los soldados estadounidenses llegaron a Bagdad, insistiendo en que Siria está albergando a jerarcas del depuesto régimen iraquí. Sus servicios de inteligencia han detectado a varios altos cargos de la dictadura de Sadam Husein tratando de refugiarse en Damasco. Además, Estados Unidos afirma que el régimen de Bashar al Assad tiene un programa de armas de destrucción masiva y protege a grupos terroristas como Hezbollá. El incremento de la presión estadounidense contra Siria, así como la inminente puesta en marcha del plan de paz para Oriente Medio, han hecho que el viaje de la ministra Ana Palacio a Damasco varíe notablemente en sus objetivos.
De momento, Ana Palacio viaja a Siria después de que el presidente del Gobierno español, José María Aznar, hablara el martes pasado por la noche con Bashar al Assad, el presidente sirio. Aznar mantuvo dicha conversación a petición del presidente estadounidense, George W. Bush, y, aunque reiteró que Siria no es un objetivo militar para nadie, lo cierto es que la Administración estadounidense no lo descarta, aunque sólo sea como medio de presión diplomática. Además, Ana Palacio llevará a Siria un mensaje directo de Estados Unidos, como reconoció días atrás el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell. En una entrevista televisiva, Powell reconoció que el miércoles pasado habló con Ana Palacio “sobre los mensajes que ella debería transmitir” al régimen sirio de parte de EEUU.
Aunque el secretario de Estado no detalló el contenido de tales mensajes, de sus declaraciones se deduce que Washington espera que Siria deje de apoyar a grupos terroristas, abandone su programa de armas de destrucción masiva y entregue a los aliados a todos aquellos miembros del depuesto régimen iraquí refugiados por el Gobierno de Damasco. Sin embargo, el ministerio español de Exteriores no menciona todos estos detalles y sólo dice que la visita de Ana Palacio responde al interés del Gobierno español en analizar con las autoridades sirias la evolución de la crisis de Irak tras el final de la guerra y del conflicto entre Israel y Palestina.
Ana Palacio se reunirá el lunes con el presidente sirio, Bashar al Assad, y con su homólogo, el ministro de Exteriores Faruk Al Shara. Este es el segundo desplazamiento que Ana Palacio hace a Damasco en el último trimestre, período en el que también ha visitado Egipto, Jordania, Turquía e Irán.