LD (EFE) En la rueda de prensa mensual en la residencia oficial del número 10 de Downing Street, Londres, el primer ministro británico Tony Blair no quiso dar su opinión específica sobre la condena a muerte impuesta por un tribunal iraquí al depuesto dictador Sadam Husein.
El jefe de Gobierno británico dijo que Husein cometió "crímenes terribles, más allá de lo que cualquiera pueda imaginarse" y subrayó que la de este domingo fue una decisión que corresponde únicamente a las autoridades iraquíes. Tras varias preguntas de los periodistas al respecto, visiblemente irritado por la insistencia el mandatario puso énfasis en comparar el anterior Irak bajo Sadam y el de ahora, liberado de la tiranía a pesar de la ola de violencia.
