
LD (EFE) La Policía de Libia logró evitar que centenares de musulmanes enfurecidos asaltaran la sede del consulado que en Trípoli mantiene el Gobierno de Dinamarca. Los participantes de la manifestación eran estudiantes universitarios que protestaban por la publicación de caricaturas de Mahoma en periódicos daneses.
La multitud lanzó piedras y botellas contra la sede diplomática al tiempo que quemaban banderas de ese país europeo. Uno de los convocantes leyó un manifiesto en el que condenaba a Dinamarca y Noruega , afirmando que son países en los que perdura la derogación de la moral y el vacío espiritual, habiendo provocado esa humillación con la indiferencia de su población. Pedimos que se aplique un tratamiento recíproco contra todos aquellos que no respetan el Islám y el mensaje divino". En un momento dado, la Policía logró impedir que los manifestantes entraran en el edificio.
En la ciudad de Gaza, unos veinte palestinos irrumpieron en un centro cultural alemán rompiendo ventanas y puertas y quemando una bandera germana. Mientras, en la calle, unos treinta de sus compañeros arrojaron piedras contra un edificio de la Comisión Europea.
Después de que la Policía consiguiera reducirlos, unos cincuenta escolares y adolescentes se reunieron para continuar los ataques contra los dos edificios, pero policías antidisturbios consiguieron impedirlo. Los jóvenes respondieron con el lanzamiento de piedras.
Otra marcha en Rabat contra la publicación de las caricaturas convocó a unos cuatro mil musulmanes. La protesta fue organizada por grupos islámicos que portaban pancartas con frases como "Marroquíes defienden al profeta" o "Desde ahora, la libertad de expresión es igual a libertad para revisar el Holocausto". Mientras tanto, el Gobierno marroquí está estudiando prohibir el reparto de la edición del viernes del periódico francés French daily Liberation que está entre los rotativos que publicaron en sus páginas caricaturas del profeta y que llega al país con un día de retraso.
Por su parte, Susilo Bambang Yudhoyono, presidente de Indonesia, condenó la publicación de las caricaturas de Mahoma y señaló que entendía las reacciones de condena y protestas provocadas por los sentimientos heridos de los musulmanes al ver como se denigra al profeta, pero pidió a su pueblo a que perdone.
