
LD (Agencias) En una orden por escrito emitida por el Ministerio de Cultura y dirigida a las autoridades locales, el régimen chino advierte que "el contenido (de las actuaciones extranjeras) no podrá atentar contra la ley china, ni perjudicar la unidad, soberanía e integración del territorio".
Además, señala la normativa, que las actuaciones de artistas extranjeros no podrán "instigar el odio entre las nacionalidades ni perjudicar la solidaridad entre ellas", "ir contra de la política religiosa y las costumbres étnicas" ni "divulgar pornografía y supersticiones".
Las instrucciones, que se pueden leer en la página web del ministerio, llegan en medio del nerviosismo de las autoridades chinas y sus temores de que durante los Juegos que empiezan el próximo 8 de agosto "se cuelen" extranjeros dispuestos a protestar por asuntos tan sensibles como la situación en el Tíbet.
Las inquietudes de Pekín empezaron a manifestarse sobre todo después de la actuación de la cantante islandesa Björk a principios de marzo en Shanghai, donde espetó un "Tíbet libre" en una de sus canciones. Tras el incidente, la capital china decidió cancelar el Midi Festival, su mayor festival de rock independiente, por temor a "acciones inapropiadas contra los Juegos Olímpicos".
