LD (EFE) Zhang Mingqing, el portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán, ha dicho que "aunque Chen no hizo referencia directa a dos Estados, el discurso se basó en la defensa de Taiwán como un país independiente".
El presidente taiwanés, que renovó su mandato en unas polémicas elecciones el pasado veinte de marzo, se comprometió a no redactar una nueva Constitución, uno de los principales puntos de fricción con Pekín, y anunció la creación de un mecanismo de negociación bilateral. Sin embargo, China, que considera a la isla una mera provincia "rebelde", descalificó estas propuestas al considerar que "la raíz de las tensiones aún persiste. El peligro que afecta a la paz y estabilidad de la región no ha desaparecido".
Según la Oficina de Asuntos de Taiwán, "Chen Shui-bian no es sincero al proponer diálogo para la mejora de las relaciones. Antes, debe reconocer que China y Taiwán pertenecen al mismo país". Pekín, que se mantuvo al margen de la disputa electoral y no emitió ninguna reacción oficial tras la investidura, ha tachado al mandatario taiwanés de "traidor", "oportunista" y "mentiroso".
