L D (EFE) Las dos personas, cuya identidad no se ha facilitada, trabajaban como guardias de seguridad en la misión iraní y fueron sorprendidas en varias ocasiones tomando fotografías de instalaciones, medios de transporte y lugares históricos de Nueva York. El motivo de la expulsión, según las mismas fuentes, es haber realizado "actividades incompatibles con sus deberes", expresión que suele emplearse en la jerga diplomática para aludir a casos de espionaje.
Según Stuart Holliday, diplomático de la misión de EEUU ante la ONU, los dos iraníes "se estaban moviendo por Nueva York, esencialmente vigilando, tomando fotografías de diversos lugares históricos, de infraestructuras" y de otras instalaciones de la ciudad.
"Es algo que obviamente no es parte de la protección de sus misiones", añadió Holliday, en declaraciones a la prensa.
Asimismo, un portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Adam Ereli, comentó que los dos sujetos fueron vistos haciendo grabaciones de vídeo, y que persistieron en sus actividades pese a que se les advirtió de que su conducta no era correcta. Al decir de Ereli, EEUU no tuvo otra opción que expulsarles.
Por su parte, la misión del régimen de los ayatolás considera que la expulsión no está justificada, y sostiene que sus ciudadanos siempre respetaron las señales que prohíben tomar instantáneas. Por medio de una declaración escrita, afirma que los lugares grabados o fotografiados son atracciones de interés para cualquier turista que visite Nueva York, y niega "categóricamente" que se hayan tomado imágenes de cualquier lugar sensible en materia de seguridad.
Sobre este punto, las fuentes estadounidenses dijeron confiar en el criterio de las fuerzas del orden sobre lo que puede ser tenido por acciones o comportamientos atípicos, y que el incidente fue "recurrente".
La expulsión se produce cuando las relaciones entre Washington y Teherán atraviesan por un momento de especial tensión. EEUU acusa a Irán de intentar construir armas nucleares, y ha insinuado que el régimen de los ayatolás podría afrontar sanciones económicas si no demuestra que carece de este tipo de armamento.
Rusia está construyendo una planta nuclear en Irán –concretamente en Bushehr, en el Golfo Pérsico–. Además, ha prometido a Teherán que le suministrará combustible atómico si acata el control de la Organización Internacional para la Energía Atómica (OIEA) y demuestra que su programa tiene fines pacíficos y se ajusta a las normas internacionales. Aunque la ayuda rusa al programa nuclear iraní constituye el mayor escollo en las relaciones entre Moscú y Washington, el Kremlin insiste en que el proyecto de Bushehr se realiza bajo el control de la OIEA y cumple todos los requisitos internacionales.