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El presidente checo ratifica el Tratado de Lisboa

Vaclav Klaus, presidente de la República Checa, anunció este martes que ha ratificado el Tratado de Lisboa, después de que el Tribunal Constitucional desestimase un recurso que sostenía que vulneraba la Constitución del país. Así, se supera el último obstáculo para la entrada en vigor del texto.

La ratificación de Vaclav Klaus era el último requisito para la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, ya que la República Checa era el único país entre los veintisiete socios de la Unión Europea (UE) que aún no lo había aprobado.

"Hoy a las tres de la tarde he firmado el Tratado", aseguró Klaus en una breve comparecencia en el Castillo de Praga, aunque recalcó que no comparte el contenido del documento y disiente de la decisión del Constitucional checo de rechazar el recurso. "Con el contenido no puedo estar de acuerdo porque la República Checa deja de ser un Estado soberano", afirmó Klaus, quien lamentó que el Constitucional no haya sido "neutral, sino parcial", al considerar que el documento es acorde a la Carta Magna.

Para Klaus, "el veredicto no es un análisis neutral, sino una apología política del Tratado de Lisboa". El presidente checo bloqueaba desde hacía meses la ratificación, pese a que el Parlamento aprobó el documento en mayo pasado.

Sin embargo, el político euroescéptico anunció la semana pasada que rubricaría el texto si el Constitucional le daba su visto bueno, después de que el Consejo Europeo accediese a su reclamada exención de la República Checa de la aplicación de la Carta de Derechos Fundamentales que acompaña al Tratado de Lisboa.

El presidente de la alta corte, Pavel Rychetsky, concluyó hoy que el texto comunitario "no contradice la Constitución de la República Checa". "El Tribunal Constitucional constata que, con este veredicto, son resueltas todas las dudas sobre el acuerdo del Tratado de Lisboa con el marco constitucional y eliminados todos los obstáculos formales para su ratificación", añadió.

Adujo que, por el proceso de globalización, "la soberanía del Estado no se desarrolla de manera aislada, sino defendiendo los valores de cooperación con otras naciones". De esta forma, la corte rechazó la argumentación de los senadores euroescépticos de que el Tratado de Lisboa limitará la soberanía del país, al traspasar importantes competencias a los órganos comunes de la UE, que tomarán decisiones por mayoría y no por unanimidad.

La magistratura checa también estimó que no ve que "la incorporación de la Carta de Derechos Fundamentales al derecho primario de la UE contravenga la Carta Magna", pese a las exigencias de Klaus.

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