El accidente de Three Mile Island fue mucho más grave que este y sin embargo no resultó en ninguna catástrofe, el segundo reactor no afectado sigue funcionando y la población volvió a sus residencias.
En Three Mile Island tardaron casi tres horas, en comprender que se encontraban en una situación de emergencia. Por diversos motivos el reactor estuvo sin refrigeración desde el primer momento durante al menos ocho minutos y después refrigerado sólo intermitentemente por errores humanos y otros fallos. Cuando fueron conscientes (gracias un cambio de personal) y declararon la emergencia habían pasado 165 minutos.
De hecho la posterior investigación encontró que se había fundido casi la mitad del núcleo: el accidente comenzó aproximadamente a las 4:00 y estiman que a las 8:00 se había fundido la mitad del núcleo. Sin embargo, finalmente consiguieron enfriar el reactor. La emisión radiactiva fue mayor de lo que se puede esperar en este caso, a pesar de lo cual el otro reactor de la central sigue actualmente en funcionamiento y la población volvió a sus residencias sin que se hayan apreciado consecuencias para su salud, si las ha habido son dificiles de detectar.
En el caso de Fukushima 1 los sistemas de refrigeración de emergencia actuaron durante la primera hora sin problema, hasta el maremoto, y la reacción de emergencia posterior ha sido muy rápida. En Fukushima 3 han surgido problemas también de refrigeración pero tras casi dos días funcionando y por tanto con el reactor controlado, y las medidas de radiactividad alrededor de la instalación no han encontrado incremento. Ahora inyectan agua marina para asegurarse de que el reactor ha sido enfriado.
No hay razón para esperar nada grave. De hecho Three Mile Island y ahora los 54 reactores japoneses atacados sucesivamente por terremotos y maremotos prueban la gran seguridad de los reactors nucleares, incluso de los diseñados hace casi 50 años y hasta con sucesivos fallos humanos como ocurrió en Three Mile Island.
En cambio Chernóbil prueba la inutilidad de la economía socialista, verdaderamente mísera, que desesperadamente se lanzó a montar centrales sin recursos de emergencia suficientes, como el contenedor de seguridad (por su coste), hacer experimentos suicidas en ella y tener la central funcionando sin el personal con la cualificación requierida.
Las noticias sensacionalistas de la tele, con expresiones como "fusión" que pocos saben lo que quiere decir y las consecuencias que tiene, "explosión en el reactor" cuando se trata de una explosión de hidrógeno, 1000 veces mas radiactividad que la normal, cuando la normal está mas de 1000 veces por debajo de los límites tolerables, etc, lo único que hacen es dar ocasión a los antinucleares para que ya anuncien el fin del mundo si no se cierran todas las nucleares.
Estoy convencido de que este suceso demostrará una vez mas la seguridad de las nucleares bien construidas. Yo creo al gobierno japonés, otra cosa sería si informase ZP.
"la situacion es desesperada... pero no grave"
Horst Butzold como Otto Ludwig Piffl en "Uno, Dos, Tres".
Menos mal que se encuentra un artículo algo serio sobre el tema.
El riesgo grave es siempre el de una fisión descontrolada que ya no puede ocurrir pues las barras moderadoras fueron insertadas en cuanto los sismógrafos detectaron el terremoto. Los sistemas de refrigeración de emergencia entraron en funcionamiento y funcionarion perfectamente durante una hora hasta que una ola del maremoto invadió las instalaciones.
Hoy informaban que han venteado gases a la atmósfera previo filtrado (no evidentemente los de la explosión), y efectivamente están bombeando en la vasija del reactor agua marina con boro.
Si es verdad que los reactores pararon automáticamente en los primeros momentos del terremoto, introduciendo las barras moderadoras, el reactor no ha podido ni va a sufrir ninguna fisión descontrolada y por tanto no se va a fundir porque las barras moderadoras están en su lugar cumpliendo su función.
Cualquier otro tipo de daños que pueden ahora ocurrir en esos reactores son irrelevantes ante la magnitud de la catástrofe que no es otra que diez mil muertos por el maremoto.