L D (EFE)
En la orden, que aparece junto a la foto de Taylor difundida en el sitio Internet del organismo policial con sede en Lyon (sureste francés), se advierte sobre el peligro potencial que representa el ex mandatario de Liberia.
Las acusaciones contra Taylor, que el Tribunal Especial, patrocinado por la ONU reveló el pasado 4 de julio, son por crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra, a raíz de su supuesta colaboración con los rebeldes sierraleoneses en la guerra civil que terminó hace más de un año.
Taylor, el "señor de la guerra" convertido en presidente antes de ser obligado a abandonar el poder el 11 de agosto pasado, vive desde entonces exiliado en el sur de Nigeria. El ex presidente abandonó la presidencia de su país, obligado por el asedio rebelde de la capital, Monrovia, tras enfrentamientos en los que perdieron la vida cientos de personas y varios miles se vieron obligados a abandonar sus casas.
Además, su dimisión fue forzada también por intensas presiones internacionales, especialmente de Estados Unidos, que fundó el país hace 150 años para facilitar la "repatriación" de sus esclavos liberados. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, aplaudió entonces la "decisión del presidente Taylor de dimitir y marcharse de Liberia en el interés de la paz en su país", pero también dijo que "se exigirán responsabilidades para las burdas violaciones de los derechos humanos y los crímenes de guerra".
Las acusaciones contra Taylor, que el Tribunal Especial, patrocinado por la ONU reveló el pasado 4 de julio, son por crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra, a raíz de su supuesta colaboración con los rebeldes sierraleoneses en la guerra civil que terminó hace más de un año.
Taylor, el "señor de la guerra" convertido en presidente antes de ser obligado a abandonar el poder el 11 de agosto pasado, vive desde entonces exiliado en el sur de Nigeria. El ex presidente abandonó la presidencia de su país, obligado por el asedio rebelde de la capital, Monrovia, tras enfrentamientos en los que perdieron la vida cientos de personas y varios miles se vieron obligados a abandonar sus casas.
Además, su dimisión fue forzada también por intensas presiones internacionales, especialmente de Estados Unidos, que fundó el país hace 150 años para facilitar la "repatriación" de sus esclavos liberados. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, aplaudió entonces la "decisión del presidente Taylor de dimitir y marcharse de Liberia en el interés de la paz en su país", pero también dijo que "se exigirán responsabilidades para las burdas violaciones de los derechos humanos y los crímenes de guerra".
