Según informa The Washington Post, las autoridades iraníes han cerrado Etemaad,, la cabecera de más difusión de Irán. Según apunta el diario, el cierre se habría acelerado por la publicación de una historia que retrataba los malos tratos de la policía a estudiantes el junio pasado, tras la reeleción de Ahmadineyad. Los hechos se produjeron en la Universidad de Teherán. No obstante, la acusación oficial es "inclumplir" la legislación sobre medios de comunicación, porque según aseguran "fueron más allá de los límites de la prensa".
En el caso del semanario Iran Dokht ha sido distinto. El director, Hossein Karrubí es hijo de un líder opositor, y a nadie se le escapa que el cerrrojazo ha sido consecuencia directa de su lucha contra el actual régimen. La publicación ha sido cerrada por el Consejo de Supervisión de la Prensa, consejo de vigilancia de medios dirigido por Ministerio de Cultura y Orientación Islámica.
En este caso, la Junta alegó que Iran Dokht no estaba "comprometida con la Constitución" al defender la laicidad del Estado.
