(Libertad Digital) Según publica la edición digital del periódico The Jerusalem Post, la situación, que está afectando a enfermos que padecen cáncer y otras enfermedades graves, empezó el pasado mes de marzo y, desde entonces, ya se habría producido el fallecimiento de ocho enfermos que esperaban sus permisos de salida.
El problema es que las disputas entre la organización terrorista Hamas y Fatah, el partido político que domina Cisjordania y la Autoridad Nacional Palestina, han hecho inoperante un comité médico que gestiona los tratamientos de enfermos graves de Gaza en hospitales de Israel y Egipto.
Algunos casos son especialmente dolorosos, como el de Ribhi Jindiyeh, un niño de 10 años que padece un linfoma y al que los médicos en Gaza no pueden curar, limitándose tan sólo a mantenerle provisionalmente con vida con transfusiones cada dos días ya que pierde abundante sangre a través de la orina.
Su madre lamenta que "nadie puede decirnos por qué pierde tanta sangre, pero tampoco hay nadie que pueda ayudarnos a encontrar un lugar en el extranjero donde tratarlo". El drama de la familia se completa porque otro de sus hijos, de sólo 4 años, ha sido diagnosticado de la misma enfermedad. "Quiero que todo el mundo ayude a mi hijo, Israel, Hamas, Fatah o quien sea. Si no pueden ayudar a un niño a quién pueden ayudar, mejor sería que se fuesen a casa".
Los trabajos del comité se paralizaron a raíz de que miembros de Hamas tomaran control del mismo aduciendo que había corrupción. Como respuesta, las autoridades de la ANP (que aportan la financiación al comité) paralizaron los traslados de pacientes.
La situación ha causado la indignación de organizaciones pro derechos humanos en la propia palestina, así Khalil Shaheen, del Centro Palestino para los Derechos Humanos ha dicho que Hamas y Fatah "están jugando con la vida de gente y con su dolor", demostrando "una absoluta falta de responsabilidad".