L D (EFE) Los diarios "Yas-e-No" y "Sharg" no salieron este jueves a la calle después de que el miércoles por la noche, cuando los ejemplares ya estaban impresos, recibieran la visita de funcionarios de la Fiscalía General que les comunicaron que ambas publicaciones quedaban prohibidas "hasta nueva orden".
Fuentes de los diarios prohibidos dijeron que no hubo ninguna razón oficial para el cierre, pero sospechan que se debe a que fueron los únicos que publicaron extractos de una carta en la que varios parlamentarios reprochaban al Líder Supremo de la República, Ali Jamenei, su comportamiento ante la reciente crisis.
"Organos bajo tu supervisión no sólo han humillado al Parlamento durante cuatro años, sino que ahora privan al pueblo de su derecho más básico: el de elegir y ser elegidos", decía uno de los párrafos de la carta, inusualmente rotunda en los usos iraníes al criticar directamente al Líder Supremo, considerado intocable. Con esta carta, los diputados hacían referencia al veto que el Consejo de Guardianes pronunció sobre más de 2.500 candidatos reformistas, y que ha motivado que otros 888 se retiren en señal de protesta.
Los reformistas más radicales hace ya semanas que piden el boicot de unas elecciones que consideran no representativas, y su última arma ha sido una recogida de firmas electrónicas en la que los contactados deben reenviar el mensaje a cinco conocidos. El mensaje, según dijo un profesor universitario bajo anonimato a Efe, asegura que "el viernes se celebra el funeral de la democracia en Irán. Si no quieres participar en ese velatorio, reenvía este mensaje a cinco personas que conozcas". El profesor, que "no piensa" votar, no ha reenviado el mensaje: "No estoy loco, no quiero perder mi trabajo", dijo.
La televisión y la radio iraníes no paran de repetir consignas para que el pueblo salga a votar masivamente, y las combinan con imágenes patrióticas de la guerra irano-iraquí, el funeral del Ayatola Jomeini o las ultimas elecciones del 2000, que registraron una participación del 83 por ciento. Sin embargo, todo el mundo coincide en que el ambiente este año no tiene nada que ver con el entusiasmo vivido en 2000 o el de 1997, cuando Mohamed Jatamí barrió en las urnas y formó parlamentos y gobiernos reformistas.
El presidente Mohamed Jatamí, que no se ha sumado a la campaña de boicot de sus correligionarios reformistas, ha pedido que los iraníes salgan a votar "pese a todos los problemas", y prometió que "los resultados reflejaran la voluntad de la gente". Jatamí ya no puede presentarse a una tercera reelección y, a falta de una cabeza visible tanto en los reformistas como en los conservadores, nadie puede predecir lo que puede pasar en el próximo Gobierno. Los observadores vaticinan una abstención récord, superior al cincuenta por ciento, que podría ser mucho mayor en la capital.