
LD (EFE)
Durante un encuentro, ambos acordaron mantenerse alerta sobre las crecientes capacidades de China en operaciones espaciales, cuando sólo ha pasado un mes desde el exitoso ensayo de destrucción de un satélite llevado a cabo por Pekín, informó la agencia nipona Kyodo.
Abe y Cheney, que se reunieron en la oficina del primer ministro nipón, acordaron continuar con la política de atraer a China para que se convierta en un actor "responsable" y "constructivo" de la comunidad internacional.
Este encuentro se produce una semana después de que el ministro de Exteriores chino, Li Zhaoxing, visitara Tokio y acordara con su homólogo japonés, Taro Aso, trabajar conjuntamente para resolver el problema de Corea del Norte.
Por otro lado, el líder japonés renovó el apoyo de Tokio a la política estadounidense en Irak y confirmó su apoyo a la reorganización de tropas de EEUU en la región del Pacífico.
Horas antes Cheney había afirmado a bordo del portaaviones "Kitty Hawk" ante las tropas estadounidenses de la base de Yokosuka, al sur de Tokio, que si EEUU abandona Irak antes de que la "misión se haya completado", el "enemigo nos va a perseguir" y que los estadounidenses no van a "apoyar una política de retirada", en declaraciones recogidas por la televisión japonesa TVS.
La visita de Cheney a Japón llega en un momento en el que se han despertado resquemores entre ambos países a causa de los conflictos de Irak y Corea del Norte.
Washington necesita del apoyo nipón en Irak bajo la nueva estrategia adoptada hace pocas semanas por el presidente de EEUU, George W. Bush, en un momento en el que la dureza del conflicto comienza a erosionar el apoyo de otros países y cuando el Reino Unido acaba de anunciar una retirada parcial de 1.600 soldados.
El firme apoyo que Japón ha prestado a Washington en Irak se vio empañado con las recientes declaraciones del ministro de Defensa nipón, Fumio Kyuma, que a finales de enero afirmó que la política de EEUU en ese país árabe era "equivocada".
Estas opiniones se suman a las expresadas recientemente por el ministro de Exteriores nipón, Taro Aso, quien también criticó la política de Bush en Irak.
Antes de dirigirse a la base de Yakasuka, el vicepresidente de EEUU conversó esta mañana con el emperador de Japón, Akihito, y su esposa, Michiko.
En la reunión transmitió a los monarcas el aprecio de EEUU por el apoyo de Japón en los conflictos de Irak y Afganistán y reiteró la determinación de Washington de mantener tropas estadounidenses en ambos países para impedir que se conviertan en bases para los terroristas.
Por otro lado, en Tokio existe la preocupación de que Japón pueda quedarse aislado tras su decisión de no entregar petróleo a Pyongyang si no se soluciona antes el conflicto de los ciudadanos japoneses secuestrados por el régimen norcoreano en los años 70 y 80 del pasado siglo para emplearlos en sus servicios de espionaje.
Cheney mostró hoy su comprensión con la postura japonesa en este asunto después de que la resolución de este problema haya quedado relegada al grupo de trabajo bilateral entre Tokio y Pyongyang pactado la semana pasada en Pekín, como parte del acuerdo entre las dos Coreas, EEUU, China, Rusia y Japón para la desnuclearización de Corea del Norte a cambio de Energía.
El vicepresidente estadounidense se reunirá mañana con familias de secuestrados japoneses en un encuentro que no estaba previsto, tras la petición nipona de enviar a Pyongyang un mensaje que refleje el compromiso de Washington de ayudar a Tokio en este asunto.
Tanto Cheney como el ministro portavoz del gobierno nipón, Yasuhisa Shiozaki, con el que se reunió hoy, se mostraron de acuerdo en la necesidad de profundizar la unidad entre Japón y EEUU con el objetivo de presionar a Corea del Norte para que selle el complejo nuclear de Yongbyon.
No obstante, ambos estuvieron de acuerdo en que el papel de China en este conflicto es importante en unas conversaciones que incluyen asimismo a Corea del Sur y Rusia.
Abe y Cheney, que se reunieron en la oficina del primer ministro nipón, acordaron continuar con la política de atraer a China para que se convierta en un actor "responsable" y "constructivo" de la comunidad internacional.
Este encuentro se produce una semana después de que el ministro de Exteriores chino, Li Zhaoxing, visitara Tokio y acordara con su homólogo japonés, Taro Aso, trabajar conjuntamente para resolver el problema de Corea del Norte.
Por otro lado, el líder japonés renovó el apoyo de Tokio a la política estadounidense en Irak y confirmó su apoyo a la reorganización de tropas de EEUU en la región del Pacífico.
Horas antes Cheney había afirmado a bordo del portaaviones "Kitty Hawk" ante las tropas estadounidenses de la base de Yokosuka, al sur de Tokio, que si EEUU abandona Irak antes de que la "misión se haya completado", el "enemigo nos va a perseguir" y que los estadounidenses no van a "apoyar una política de retirada", en declaraciones recogidas por la televisión japonesa TVS.
La visita de Cheney a Japón llega en un momento en el que se han despertado resquemores entre ambos países a causa de los conflictos de Irak y Corea del Norte.
Washington necesita del apoyo nipón en Irak bajo la nueva estrategia adoptada hace pocas semanas por el presidente de EEUU, George W. Bush, en un momento en el que la dureza del conflicto comienza a erosionar el apoyo de otros países y cuando el Reino Unido acaba de anunciar una retirada parcial de 1.600 soldados.
El firme apoyo que Japón ha prestado a Washington en Irak se vio empañado con las recientes declaraciones del ministro de Defensa nipón, Fumio Kyuma, que a finales de enero afirmó que la política de EEUU en ese país árabe era "equivocada".
Estas opiniones se suman a las expresadas recientemente por el ministro de Exteriores nipón, Taro Aso, quien también criticó la política de Bush en Irak.
Antes de dirigirse a la base de Yakasuka, el vicepresidente de EEUU conversó esta mañana con el emperador de Japón, Akihito, y su esposa, Michiko.
En la reunión transmitió a los monarcas el aprecio de EEUU por el apoyo de Japón en los conflictos de Irak y Afganistán y reiteró la determinación de Washington de mantener tropas estadounidenses en ambos países para impedir que se conviertan en bases para los terroristas.
Por otro lado, en Tokio existe la preocupación de que Japón pueda quedarse aislado tras su decisión de no entregar petróleo a Pyongyang si no se soluciona antes el conflicto de los ciudadanos japoneses secuestrados por el régimen norcoreano en los años 70 y 80 del pasado siglo para emplearlos en sus servicios de espionaje.
Cheney mostró hoy su comprensión con la postura japonesa en este asunto después de que la resolución de este problema haya quedado relegada al grupo de trabajo bilateral entre Tokio y Pyongyang pactado la semana pasada en Pekín, como parte del acuerdo entre las dos Coreas, EEUU, China, Rusia y Japón para la desnuclearización de Corea del Norte a cambio de Energía.
El vicepresidente estadounidense se reunirá mañana con familias de secuestrados japoneses en un encuentro que no estaba previsto, tras la petición nipona de enviar a Pyongyang un mensaje que refleje el compromiso de Washington de ayudar a Tokio en este asunto.
Tanto Cheney como el ministro portavoz del gobierno nipón, Yasuhisa Shiozaki, con el que se reunió hoy, se mostraron de acuerdo en la necesidad de profundizar la unidad entre Japón y EEUU con el objetivo de presionar a Corea del Norte para que selle el complejo nuclear de Yongbyon.
No obstante, ambos estuvieron de acuerdo en que el papel de China en este conflicto es importante en unas conversaciones que incluyen asimismo a Corea del Sur y Rusia.
