
LD (EFE) El Ministerio iraquí del Interior ha confirmado que al menos nueve personas han muerto y más de sesenta han resultado heridas después de que un terrorista suicida hizo explotar una bomba que llevaba escondida en su ropa. El atentado ha tenido lugar en la zona de Al-Jeededa, en el sureste de Bagdad, donde numerosas personas habían acudido a primeras horas de la mañana en busca de trabajo.
Una fuente del ministerio del Interior indicó que la cifra de víctimas mortales puede aumentar debido a que muchos de los heridos están en estado grave. Según dijo el capitán de Policía Salam Jatab, los heridos son 62 personas y no treinta como se había informado inicialmente.
El terrorista suicida hizo explotar la bomba que tenía adosada al cuerpo cuando se encontraba entre una multitud de hombres que habían ido al lugar en busca de trabajo en el sector de la construcción. Diversos testigos han declarado que habían visto a un hombre cargado con una bolsa llena de explosivos cerca de un establecimiento que vendía té a los trabajadores. El coronel Ahmed Abboud dijo que "la gente no sospechó nada del terrorista porque todos los trabajadores llevan la comida en bolsas".
El nuevo atentado se produce poco antes de la reanudación del juicio contra el ex presidente iraquí Sadam Husein y siete de sus colaboradores, acusados todos de estar implicados en la matanza de 148 personas en 1982 en una aldea situada al norte de Bagdad. En la última sesión del Tribunal Especial, celebrada el pasado domingo, el juez kurdo Rauf Rashid Abdelrahman expulsó de la sala a Barzan al Tikriti, hermanastro de Sadam y ex jefe de los servicios secretos iraquíes, tras una fuerte discusión.
