LD (EFE) La prensa oficial de Birmania ha salido a la venta con las órdenes de la Junta Militar que prohíbe la participación en las manifestaciones callejeras que han tenido lugar en los últimos días en varias ciudades del país. En las portadas, el régimen advierte a los monjes –que encabezan las protestas– que obedezcan a sus jerarcas y regresen a los monasterios.
Según el Ministerio de Asuntos Religiosos, solamente un dos por ciento de los miembros del monacato budistas participa en las manifestaciones que desafían a un régimen militar que gobierna el país desde hace 45 años.
La manifestación pacífica en Rangún comenzó, como viene ocurriendo desde el lunes de la semana pasada, con la congregación de los monjes en la pagoda de Shwedagon, en el casco antiguo, para orar. La afluencia de los inconformes tuvo lugar ante la presencia de varios camiones militares aparcados en el exterior del recinto religioso. Otros vehículos con megáfonos recorrían la ciudad para advertir a la población de que las autoridades emprenderán acciones si se producen protestas.
Sin embargo, varios medios de comunicación internacionales, citando fuentes opositoras birmanas, aseguran que en las protestas de Rangún de este martes han participado unas veinte mil personas, encabezadas por los monjes budistas. A su paso por las calles céntricas, los manifestantes gritaban "democracia, democracia", mientras eran aplaudidos y vitoreados por ciudadanos desde las atestadas terrazas y tejados de los edificios.
