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ETA preparó en 12 horas su intento de masacre en la Universidad de Navarra

Un grupo etarra, radicado en Guipúzcoa, tardó menos de 12 horas en robar un coche, cargarlo de explosivos, trasladarlo a la Universidad de Navarra y regresar a Guipúzcoa. La bomba explotó en un aparcamiento del campus en hora punta. Milagrosamente no hay muertos. Rubalcaba centró sus primeras valoraciones en qué pasó con la llamada de aviso de ETA.

Un grupo etarra, radicado en Guipúzcoa, tardó menos de 12 horas en robar un coche, cargarlo de explosivos, trasladarlo a la Universidad de Navarra y regresar a Guipúzcoa. La bomba explotó en un aparcamiento del campus en hora punta. Milagrosamente no hay muertos. Rubalcaba centró sus primeras valoraciones en qué pasó con la llamada de aviso de ETA.
(Libertad Digital) Dos días después de que una nueva operación policial desarticulase su reconstruida estructura en Navarra, ETA irrumpió este jueves en Pamplona con un potente coche bomba que explotó en el aparcamiento del campus de la Universidad de Navarra y dejó un saldo de 28 heridos leves.
  
La explosión tuvo lugar en el aparcamiento de la universidad, situado junto al Edificio Central poco antes de las once de la mañana. La deflagración, en el corazón del campus y de gran potencia, se escuchó en toda la Universidad y reventó los cristales de todos los edificios próximos y calcinó los coches estacionados en ese parking. Los trozos de cristales y la metralla dejaron más de una veintena de heridos, todos ellos de carácter leve, y cuantiosos daños materiales.
  
En total, 29 personas fueron atendidas en los centros hospitalarios de Pamplona. La mayor parte de ellos fueron asistidos en la Clínica Universitaria de Navarra que atendió a 25 personas. De ellas, 18 son españoles, una es oriunda de Perú, una de Italia, una de Filipinas, una de California (Estados Unidos), una de Chile y una de Portugal. En el Servicio de Urgencias del Hospital de Navarra, se atendió a un hombre de 38 años, que resultó intoxicado leve por inhalación de humo y al Servicio de Urgencias del Hospital Virgen del Camino fueron trasladas otras dos personas con heridas leves.
  
Al margen de los heridos, la explosión provocó un tremendo incendio en el centro del campus que dejó una treintena de coches calcinados y ocasionó numerosos daños en los edificios del entorno del aparcamiento. Además del Edificio Central, en el que incluso llegaron a entrar fragmentos de vehículos ardiendo que provocaron un incendio en su interior, también se vieron afectados el edificio de Bibliotecas, la Facultad de Comunicación y varios colegios mayores. Tras extinguir el fuego, sobre las dos de la tarde, una grúa se llevó el coche bomba, un Peugeot 306 de color blanco totalmente calcinado.
 
Rubalcaba y el aviso incompleto
  
Un coche que, según informó el ministro del Interior, los terroristas robaron el miércoles por la noche en la localidad guipuzcoana de Zumaia y cuyo dueño denunció el robo ante la Ertzaintza en la comisaría de Zarautz este jueves por la mañana. En rueda de prensa, Rubalcaba también confirmó que ETA avisó, pero que lo hizo de forma incompleta con lo que podía haber provocado una auténtica masacre.
 
Así, el ministro explicó que aproximadamente una hora antes del atentado un comunicante anónimo llamó a la DYA de Vitoria en nombre de ETA y alertó de que explotaría un Peugeot blanco en el "campus universitario", sin especificar que se trataba de la Universidad de Navarra. Cuando la Ertzaintza recibió el aviso, procedió a localizar el coche en el campus de Vitoria, pero no encontró ningún vehículo de esa marca y color dando el aviso por falso.
  
"Quien puso la bomba, avisó. O bien sencillamente no avisó del todo intencionadamente, o bien se equivocó. A los efectos de lo que voy a decir, da lo mismo. El resultado es que podíamos haber tenido hoy una tragedia enorme en la Universidad de Navarra, que no se ha producido", señaló el ministro que, interrogado sobre la potencia de la bomba, no quiso aventurar una cantidad ya que "no es lo mismo 50 kilos de un explosivo que 50 kilos de otro". Fuentes de la investigacion afirmaron posteriormente que el coche-bomba estaba cargado con 40 kilos de explosivos.
  
Tampoco quiso entrar a valorar si el atentado es la respuesta de ETA a la desarticulación del renovado grupo Navarra con las cuatro detenciones del pasado martes, tres en Navarra y otra en Valencia. "Es una especulación legitima. Puede ser, puede no ser", señaló Rubalcaba que apuntó que él "nunca" comenta las intenciones de ETA ya que esa labor "pertenece al ámbito del trabajo operativo de las Fuerzas de Seguridad del Estado".
 
En todo caso, sí aseguró que, con independencia de cuales fueran las intenciones de la banda, el único destino de los autores del atentado es la cárcel. "Nosotros vamos a seguir a lo nuestro y que los que han puesto este coche-bomba, como los que fueron detenidos el lunes, van a acabar ante el juez e irán a prisión", concluyó.
 
Reconstrucción del atentado
 
Los servicios antiterroristas de las Fuerzas de Seguridad comenzaron la reconstrucción teórica del atentado pocas horas después de la explosión del coche-bomba. Los primeros indicios apuntan a que un grupo etarra radicado en Guipúzcoa preparó en menos de 12 horas el intento de masacre. Así, al menos dos etarras robaron entre las 20:30 y las 23:30 horas un Peugeot 306 blanco en Zumaya, se trasladaron a un local donde guardaban un artefacto explosivo de gran potencia, cargaron el coche y lo escondieron allí durante varias horas. A primera hora de la mañana, se desplazaron a Pamplona, probablemente en dos vehículos, el primero actuando de lanzadera y el segundo, con la carga explosiva en su maletero. Antes de las 9 de la mañana ya habían aparcado el coche bomba y regresaban a Guipúzcoa en el vehículo lanzadera.  
  
Los terroristas eligieron un lugar de sobra conocido por ETA, de hecho es el sexto atentado que sufre la Universidad de Navarra, y un lugar de fácil acceso, un aparcamiento público al aire libre en pleno campus. El acceso al parking está prohibido durante la noche y se abre minutos antes de las ocho. La afluencia en coche de estudiantes a la universidad hace muy difícil encontrar una plaza más allá de las 10 de la mañana. Una vez de regreso a la provincia de Guipúzcoa, los etarras utilizaron un teléfono móvil con tarjeta prepago para realizar su llamada de aviso a la DYA de Vitoria, que se produjo a las 9.50 horas de la mañana.
 
Los Servicios de Información apuntan a la existencia de al menos dos grupos de etarras no fichados en la provincia de Guipúzcoa que escaparon a la operación de la Guardia Civil del pasado julio contra el complejo Vizcaya. Tan sólo uno de los atentados cometidos desde el final de la tregua en esa provincia ha sido resuelto. Se trata de la bomba en una mochila que colocaron tres etarras no fichados del grupo Vizcaya en la comisaría de Zarautz –donde anoche acudió a denunciar el dueño del Peugeot blanco explosionado este jueves– el 25 de septiembre de 2007.
     
En el atentado de este jueves habrían participado miembros no fichados de ETA, aunque no se descarta la presencia de algún pistolero a sueldo. Los etarras no fichados actúan de forma más activa los fines de semana pero no es la primera vez que atentan de noche o de madrugada y acuden durante el día a su puesto de trabajo. Es el caso de Maialen Zuazo, la ayudante de realización de los informativos de la ETB que participó en el atentado contra la casa cuartel de Legutiano-Villarreal de Álava el 14 de mayo –en el que murió el guardia Juan Manuel Piñuel– y cumplió con su turno de tarde horas después.
 
Un coche bomba cada 10 días
  
La Universidad de Navarra ha sido un objetivo recurrente de ETA en la Comunidad Foral. Con el atentado de este jueves ya son seis las ocasiones en las que la banda ha golpeado a esta institución, sin causar en ninguna de ellas víctimas mortales. El primer atentado de ETA en la Universidad de Navarra tuvo lugar el 4 de octubre de 1979 y la última, hasta el atentado de este jueves, fue hace seis años: el 23 de mayo de 2002 cuando colocó otro coche-bomba a escasos metros del que explotó este jueves.
  
Desde que ETA decretó formalmente el final de la tregua, ha colocado un total de diez coches-bomba, cuatro en los últimos 40 días. Con ellos la banda terrorista  ha matado a dos personas. La última acción terrorista de ETA con coche bomba fue el pasado 22 de septiembre, cuando la organización terrorista acabó con la mida del brigada del Ejército de Tierra Luis Conde de la Cruz, de 45 años, en un atentado contra el Patronato Militar Virgen del Puerto en Santoña (Cantabria). La otra víctima mortal de los últimos coches bomba de ETA fue el guardia civil Juan Manuel Piñuel que murió en el atentado perpetrado el 14 de mayo el Legutiano-Villarreal de Álava.
 
Incautaciones en Pamplona
 
Por otra parte, agentes del Cuerpo Nacional de Policía registraron este jueves por segunda vez el domicilio de Aurken Sola Campillo en Pamplona y encontraron nuevo material informático pendiente ahora de analizar. Los agentes incautaron escondido ese material en la campana de extracción de humos de la cocina del domicilio de Sola Campillo, donde también se hallaron varios detonadores, según informaron a Europa Press fuentes de la investigación.
  
Para realizar los registros, los agentes trasladaron hasta el número 6 de la calle Remigia Etxarren al presunto jefe del grupo Navarra desarticulado el pasado martes. Igualmente se encontraron varios agujeros en el monte, todos ellos vacíos, por donde habría pasado el material explosivo que los terroristas guardaron luego en un trastero de la localidad de Ansoain, colindante con Pamplona.
  
Tras realizar el registro y rastrear el monte, los agentes trasladaron de nuevo a Aurken Sola a dependencias de la Comisaría General de Información, en el complejo policial de Canillas, en Madrid, donde permanecerá incomunicado hasta que preste declaración ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska a lo largo del fin de semana.
  
En el material informático encontrado este jueves escondido a conciencia en la campana de humos podrían guardarse los planes del grupo Navarra para atentar. En el trastero registrado el martes, y vinculado a Xabier Rey, otro de los detenidos, se encontraron cerca de 100 kilos de material explosivo, con todas las sustancias necesarias para fabricar amonitol, así como varios temporizadores, cordón detonante, pentrita y sistemas para fabricar bombas lapa, pero faltaban los detonadores que deben llevar todos los artefactos y que fueron localizados este jueves.

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