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MICRO ABIERTO EN EL PLENARIO

El "abuelo cebolleta" se cuela en la Conferencia Política del PSOE

El culpable: el micrófono; la protagonista: la miembro de la Ejecutiva Soraya Rodríguez. Los servicios de prensa hablaron de un micrófono de ambiente.

Es, sin duda, la anécdota de la primera jornada de esta Conferencia Política que dará a luz al programa electoral del PSOE para el 20-N. "Una chorrada", defendían desde el PSOE, que ocurría al finalizar el discurso del ex presidente del Gobierno, Felipe González, quien ha despertado las risas del auditorio al hablar de que sigue siendo "un rebelde inconformista", recomendar a la militancia "no fumar"; y bromear con "unas pastillitas que circulan por ahí para ponerse contento".
 
"No sé si me invitan como agitador agitado, como rebelde que no se conforma, como fiel militante de un partido que no quiero que se sienta derrotado porque tiene la respuesta a la crisis que no la tiene la derecha". Su enérgica, y supuestamente 'improvisada', intervención, según José Antonio Griñán, emocionaba a la masa socialista del plenario, entregado en risas, aplausos y ovación final y en pie ante Felipe González. Sin embargo, el titular no llegaba durante su discurso sino al finalizar éste. Nada más bajarse del escenario y recibir la ovación de los presentes, se escuchaba una voz que decía entre risas: "el abuelo cebolleta". Un micrófono abierto que traicionaba a la miembro de la Ejecutiva del PSOE, Soraya Rodríguez, encargada junto a José Antonio Griñán de la presentación del evento.
 
Desde la dirección de prensa del PSOE se apresuraban a explicar que el audio procedía de "uno de los micrófonos de ambiente" del auditorio, y que incluso "podía provenir de la sala de prensa", es decir, que lo hubieran pronunciado los periodistas. La versión no resultaba verosímil para los informadores que, desde esa sala, presenciaban en pantallas las risas de Rodríguez y Griñán.

De entre los encargados de arengar hoy a la masa socialista, Felipe González ha sido quien más ha conseguido su objetivo, pidiéndole a los suyos pasar "a la ofensiva". No así Zapatero cuya defensa del candidato del candidato del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, era lo único enérgico de su intervención. A los quince minutos de subirse al estrado alguien preguntaba desde la sala de prensa: "¿Ahora empieza su discurso no?" Y lo ha hecho para responsabilizar a Rubalcaba de los logros de la política antiterrorista y de ser el artífice de que la situación de ETA sea "agónica". Añadía, por último, desear que el "sprinter" Rubalcaba sea el próximo presidente del Gobierno.
 
El tirón de Felipe González dentro del PSOE se demostraba también en los pasillos donde resonaban todavía las palabras del ex presidente hace unos días sobre que la formación tiene "los brazos caídos". Los intentos por demostrar que el partido "está vivo" no han sido pocos. En primero lugar, y por la mañana, la jefa del Comité de campaña, Elena Valenciano, provocaba las risas de los periodistas tras una declaración ante los micrófonos. "Estamos listos para el combate electoral. Id y contadlo", instaba a la prensa que se divertia haciendo símiles con la última cena de Jesucristo.
 
Pero la sombra de los puestos en las listas y el temor por la debacle electoral se palpaba en el aire de la convención. Había quienes reconocían esos 'brazos caídos', como Guillermo Fernández Vara: "Este partido está muy acostumbrado a momentos complicados y este lo es. No voy a negarlo. Pero cuanto más difícil es el momento más ganas tenemos de superarlo". Entre los que no negaban la evidencia de las encuestas estaba también Tomás Gómez: "Si el partido tuviera los brazos caídos, tenemos mes y medio para levantar todos los brazos y aupar a Alfredo Pérez Rubalcaba a donde queremos que llegue".

Negando la mayor estaban otros como José Antonio Griñán quien explicaba que el parido "no tiene los brazos caídos. Estamos metiendo puño que es como se empuja al caballo para ganar la carrera". Y Patxi López: "Cuando un partido se repiensa y renueva sus ideas está vivo y este partido está muy vivo y con muchas ganas de demostrarlo".

La carcajada llegó con Juan Fernándo López Aguilar quien su petición de "¡coraje, coraje!" ante las cámaras hacía temblar las barbillas y comisuras de los informadores. Otras risas con la persecución del ministro Ángel Gabilondo. "¡Por favor, ministro, por favor!", le perseguía una nube de informadores micrófono en mano. Se daba la vuelta con una sonrisa: "Por favor, ¿qué?", lo cual dejaba sin hipo a la demandante.

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