De estupidez a cobardía, y tiro porque me toca.
De ignorancia a autocomplacencia, y que se "foda" la ciudadanía.
Un terrorista es una persona "consciente" con "ideas". Se puede rehabilitar, aunque sea con el miedo.
Un violador, un asesino en serie, un pedófilo, primero, no es una persona, es un animal. Segundo, no es consciente de lo que hace. Tercero, no tiene ideas, tiene "fijaciones".
Existen en la criminología cientos de los anteriores que siguen, y siguen, y siguen y, en algunos casos en que han sido mínimamente consciente de lo que son, ELLOS MISMOS han pedido "CASTRACIÓN QUÍMICA".
Albertito (y Marianito) idos a hacer pugnetas.
Otro error intervencionista:
Vincular la pena a la motivación del delinquente, y no al acto cometido, es una grave distorsión en el orden jurídico.
Lo más grave, por supuesto, es que crea un incentivo diferenciado en función del contexto del acto delictivo y de la motivación del delinquente.
Pero además se abren peligrosas puertas pues, incluso en los casos contemplados, una defensa inteligente sabrá dejar como indemostrado que el acto se haya cometido con la motivación castigada de manera más severa.
Una gran chapuza.
Sonaría mejor prisión perpétua, además revisable. Las cadenas ya no se usan mucho.