
LD (Daniel Rodríguez Herrera) El Anillo Único es una pequeña joya que oculta un poder tal que nadie puede utilizarlo sin convertirse en un malvado, en un nuevo Señor Oscuro como el que gobierna las tierras muertas de Mordor. Frodo es el portador del anillo, aquel a quien la mala suerte, o el destino si lo prefieren, ha concedido la posesión de tan peligroso objeto. Como es natural, procura quitarse de encima el muerto que le ha caído, lo que supone un primer "paralelismo" claro con Rajoy. Por ejemplo, se lo ofrece a la hermosa reina elfa Galadriel, pero ésta se niega. El compañero de Frodo, Sam, le insiste:
– [...] Yo desearía que tomara usted el anillo. Pondría usted las cosas en su lugar. Impediría que molestasen a mi padre y que lo echaran a la calle. Haría pagar por los sucios trabajos en que han estado metidos.
– Sí. Así sería al principio. Pero luego sobrevendrían otras cosas, lamentablemente. [...]
Rajoy ha estado cuatro años en posesión de su particular anillo, el poder en el Partido Popular. Y durante este tiempo ha intentado defender, en ocasiones, y nunca con toda la fuerza posible, los principios del partido. Ahora sobrevienen otras cosas, lamentablemente. Y es que el anillo es peligroso. El mismo Gandalf, el poderoso mago, cuando Frodo le ofrece a su vez el Anillo, le dice:
– ¡No, no! Mi poder sería entonces demasiado grande y terrible. Conmigo el anillo adquiriría un poder todavía mayor y más mortal. ¡No me tientes! Pues no quiero convertirme en algo parecido al Señor Oscuro. […] No me atrevo a tomarlo, ni siquiera para esconderlo y que nadie lo use. La tentación de recurrir al Anillo sería para mí demasiado fuerte.
En pocas ocasiones la famosa frase de Lord Acton –el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente– ha sido reflejada con más claridad. El mismo Tolkien, explica esta idea en sus cartas:
Se puede contemplar el Anillo como una alegoría de nuestro propio tiempo, si se quiere. Una alegoría del inevitable destino que aguarda a aquel que desea combatir con poder al poder del mal.
