En el último número de su revista mensual, el Sindicato Unificado de Policía vuelve a insultar a los periodistas que investigan el 11-M, descalifica a su propio portavoz sindical y lanza graves acusaciones sobre la autoría del 11-M. "Creemos que algún servicio secreto de algún país cercano pudo conocer los preparativos del atentado y no se dio por enterado, como venganza por el asalto a la isla de Perejil."
El pasado día 16 de marzo, Libertad Digital publicaba la noticia de que la juez que instruye la querella de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M contra Sánchez Manzano había aceptado por fin la personación del SUP en la causa.
Con esa personación, dicho sindicato policial se sumaba a quienes acusan al ex-jefe de los Tedax y a la que fuera su jefa de laboratorio de los delitos de manipulación de pruebas y falso testimonio durante la instrucción del 11-M.
Señalábamos en la noticia la contradicción que supone que ese sindicato policial acuse ahora a Sánchez Manzano de manipular pruebas, teniendo en cuenta que hace no mucho se querelló contra distintos periodistas que habían denunciado la manipulación de pruebas en el 11-M.
El mismo día que publicábamos la noticia, el portavoz del SUP, José María Benito, declaraba a los micrófonos de esRadio que aquellas querellas contra periodistas habían sido presentadas por el anterior equipo dirigente del sindicato. "Hemos entrado otros, tenemos que respetar lo que hicieron aunque no lo compartiéramos. Estamos dispuestos a olvidar y a hacer borrón y cuenta nueva". Hablando de la denuncia que su sindicato interpuso contra Federico Jiménez Losantos, Benito declaró: "Estamos dispuestos a hablar con Federico y llegar a un acuerdo amistoso y retirarla".
Sin embargo, en el último número de su boletín sindical, correspondiente al mes de abril, el SUP vuelve a destapar la caja de los truenos, disparando contra todo lo que se mueve. "Locutores rabiosos", "exploradores de cloacas", "aventadores del odio" , "mentirosos", "manipuladores" o "garrapatas" son algunos de los calificativos que el SUP dedica a los periodistas que investigan el 11-M y que han señalado las continuas contradicciones en que ese sindicato incurre.
Pero no son los periodistas los únicos objetos de su ira. De la fiscal que instruía una de las denuncias contra periodistas presentadas por el SUP dice que estaba "de vacaciones", refiriéndose a la petición del ministerio fiscal de que se archivara la denuncia. De la juez del mismo caso dice que su instrucción de la causa "no era rigurosa". Del comisario Sánchez Manzano afirma que no estaba capacitado para el puesto de jefe de los Tedax.
Ni siquiera se libra de las andanadas el propio portavoz del SUP, José María Benito, del que dice la revista que con sus declaraciones a esRadio "tuvo uno de sus peores días, por desafortunado". Quizá para que quede claro lo que el SUP espera de sus portavoces, dedica el artículo un encendido elogio al anterior portavoz, Maximiliano Correal, del que afirma que es "un demócrata que podría dar lecciones de ello" a muchos periodistas. Hay que recordar que Maximiliano Correal fue el portavoz del SUP que dijo que habría que meter a un periodista en una habitación sin estado de derecho. Con posterioridad, Correal fue destinado a la embajada de México, donde permaneció varios años.
Pero lo más llamativo es que, en ese artículo publicado en su revista, el SUP se descuelga ahora acusando a Marruecos de complicidad en la masacre del 11-M:
Estamos seguros que Sánchez Manzano no es cómplice de los terroristas del 11-M y sí que no estaba capacitado para ese puesto... Y creemos que algún servicio secreto de algún país cercano pudo conocer los preparativos del atentado y no se dio por enterado, como venganza por el asalto a la isla de Perejil.
Es decir, que ese "país cercano" que deseaba vengarse por Perejil dejó tranquilamente que asesinaran a 193 personas en Madrid, e hirieran a casi 2.000, el 11 de marzo de 2004, a tres días de unas elecciones generales, según el principal de los sindicatos policiales de este país.
Eso sí, el artículo tiene al menos el detalle de decir que esas acusaciones contra Marruecos "son creencias no fundadas en ninguna prueba", que sólo son "opiniones".
Opiniones que vienen de un sindicato al que pertenecen, precisamente, varios de los funcionarios policiales que han participado en las investigaciones del 11-M. Y que quizá, precisamente por eso, merecerían una explicación.