
España no aguanta ni un minuto más con José Luis Rodríguez Zapatero como presidente. No es que el líder del PP crea que un escenario de elecciones anticipadas sea el mejor para él, sino que lo es para la patria, y por eso se ha lanzado, a pesar de que en las horas previas a este decisivo Debate sobre el estado de la Nación los suyos todavía eran escépticos.
"Va a ser duro", auguraban. Sí, ¿pero cuánto? "El discurso del presidente ha sido decisivo", arguye el entorno del jefe de la oposición. Y es que Zapatero "no ha dicho nada, no ha presentado ninguna medida económica y lo único a lo que se ha dedicado es a atacar a Rajoy", sentencian.
"Lo que me conviene a mí es que usted agote la legislatura. Pero no se trata de lo que me conviene a mí, sino a los españoles", proclamó Rajoy, para acto y seguido darle la puntilla a quien ocupa el puesto que espera obtener lo antes posible: "el mejor servicio que haría a España es convocar elecciones".
Euforia en el PP
La euforia se desataba en el principal partido de la oposición. El jefe acaba de marcar el camino "del fin del Zapaterismo". Hoy sí llegó la estocada final, y eso que el panorama no era precisamente el mejor para lanzar mensajes de calado: tras la victoria de "La Roja" en el Mundial y con medio país de vacaciones. Sin embargo, "hoy ya nadie duda de que el principal problema" es el presidente y que "para salir del agujero él es el primero que tiene que abandonar el barco".
Libertad Digital ya lo adelantó en mayo. Rajoy buscaba una fecha clave en el debate parlamentario, y sólo hay dos momentos al año de estas características: la vivida este miércoles en las Cortes y la votación de los Presupuestos Generales del Estado.
Hasta entonces, dejó que su entorno se lanzara. Nadie con rango en el PP dejó pasar la oportunidad de reclamar un adelanto electoral. Cualquier militante con carnet. Hasta los principales líderes de la Unión Europea le transmitieron a Rajoy su "profundo" desafecto hacia el presidente Zapatero.
Sin embargo, hasta que Rajoy no solemnizara esa petición "no había nada que hacer". Pero lo hizo. En los últimos días estuvo analizando como decir el "váyase señor González" de José María Aznar impregnándole su estilo. Lo consiguió.
Rajoy se ha echado a sus espaldas el clamor nacional. "Sólo hace falta salir a la calle para darse cuenta de que ya nadie le quiere", claman en el PP. Y después ha rematado con su tema favorito para vilipendiar al presidente: el crédito del país. "No puede imaginarse el bien que haría al crédito de España con esta simple medida", remachó.
La estrategia: "calle, calle y calle"
Lanzado el órdago, la estrategia ahora pasa por "patearse la calle, ir puerta a puerta y explicarle a los españoles que el país no aguanta un minuto más con Zapatero como presidente". El PP, auguran en Génova, "no dará cuartel, tampoco en vacaciones". "Ahora toca trabajar y decir un día tras otro el váyase señor Zapatero" del nuevo PP, de ése surgido del Congreso de Valencia.
Sin embargo, eso será mañana. Hoy en el PP se relamen tras el éxito cosechado por su líder en el Hemiciclo. "Sobra decir que ha ganado, lo que ha marcado es el futuro próximo del país", asegura un miembro de su círculo más íntimo.
Ya habrá tiempo para desgranar la alternativa que representa su partido, ya habrá tiempo para ir desvelando quienes le acompañarán en busca de La Moncloa, pero para Rajoy, hoy, lo importante es que los españoles ya saben que existe "una esperanza" y que ésta rema en la misma dirección, y no como el Gobierno socialista. "Este debate pasará a la historia, hoy ya estamos en precampaña", concluyen, engrandecidos, en la bancada del PP.

