
L D (Europa Press) A pesar de desempeñar labores de logística, las fuentes consultadas consideran a Arocena un hombre próximo a Garikoitz Aspiazu, "Txeroki". El jefe de los grupos ha incorporado su propia estructura de aprovisionamiento de armas, coches y viviendas, con el objeto de blindarlo y evitar infiltraciones policiales.
De hecho, Haimar Arocena es uno de los alrededor de treinta jóvenes etarras procedentes del terrorismo callejero que "Txeroki" reclutó para ser la vanguardia de la "nueva ETA", según recogen los las listas elaboradas por los Servicios de Información.
Nacido en Zarautz (Guipúzcoa) hace 27 años, tiene un perfil similar al del resto de esa treinta de jóvenes. Estuvo vinculado a un grupo denominado "K-Zelatun" hasta su desarticulación en septiembre de 2002, pero no fue hasta 2003, coincidiendo con la desarticulación de un grupo Donosti por la Guardida Civil cuando huyó a Francia, a pesar de no tener reclamaciones judiciales.
En esos "grupos de reserva" estuvo integrado Iker Aguirre hasta que el propio "Txeroki" le dio en persona dinero e instrucciones para ir a recabar información sobre posibles objetivos terroristas a Valencia y otros puntos del litoral levantino. Según las declaraciones posteriores a su detención en Portbou el pasado 25 de enero, Aguirre pasó por varios pisos como los que buscaba Haimar Arocena, siendo en ese periodo aleccionado en la actividad propia de los grupos o simplemente esperando instrucciones para cruzar la frontera.
De los dos últimos traslados de Aguirre antes de ser conducido hasta "Txeroki" se encargó Aitzol Iriondo, otro antiguo miembro del "K-Zelatun", grupo al que se vincula a Haimar Arocena. En ese grupo de información se encuadraba también Ohiane Bakedano, arrestada en octubre de 2002.
Detención casual
La detención de Arocena se produjo el lunes de forma casual. Cuando los gendarmes se acercaron a la furgoneta Renault Kangoo en cuyo interior dormía, muy cerca de Aurec-sur-Loire, creyeron haber dado con un vulgar ladrón. Sin embargo, Arocena, que iba armado con una pistola automática del calibre 7,75 que no hizo ademán de usar, se identificó inmediatamente como miembro de ETA.
Dentro de la furgoneta, los gendarmes hallaron dos sacos de dormir, instrumentos para robar y falsificar matrículas y seis juegos falsos de éstas. También llevaba documentación falsa, dinero en efectivo, un teléfono móvil y una mochila.
