L D (Europa Press) El presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ha dicho que con sus declaraciones intentó influir en el Gobierno para que tomara la decisión que él creía "correcta" en ese momento "que es dejarlo morir", aunque una vez que el Ejecutivo decidió aplicar la prisión atenuada se plegó a las decisiones del Gobierno como hizo con el Ejecutivo Aznar.
Ibarra aclaró que, efectivamente, dijo que "ese canalla se tenía que morir". "Otegi dijo, porque no puede sacar de contexto las cosas, qué pasa si se muere De Juana en la cárcel, y yo dije: nada. Y lo sigo diciendo, nada, 900 muertos. De igual forma que esta democracia ha aguantado 900 muertos aguanta 901". Con sus declaraciones intentó "influir en el Gobierno de España para que tomara la decisión que yo creía correcta en ese momento, que es dejarlo morir. Una vez que el Gobierno porque tiene más datos que usted y que yo, señor Floriano, ha decidido esto, yo me he plegado a las posiciones del Gobierno, como hice con Aznar".
Dicho esto, confió en que la decisión del Gobierno provoque, como así lo hicieron otros actos del pasado que fueron tildados de "cesión", "chantaje" y "traición", un fortalecimiento del estado democrático y asimismo contribuya a acercar al final de la banda terrorista. Ibarra hizo estas declaraciones en una comparecencia ante la Asamblea de Extremadura, a petición del PP, para fijar su posición con respecto a la concesión del segundo grado penitenciario al etarra.
"Sólo los que no aceptamos, como en la dictadura, un final agónico de la banda terrorista, pero lleno de asesinatos, podemos sentir el peso de nuestras conciencias sabiendo que ojalá, como en otras ocasiones, la decisión con respecto a este etarra se convierta en la fortaleza de la democracia y nos acerque más al final de la banda terrorista", dijo Ibarra. El presidente extremeño defendió su "lealtad" en la lucha contra el terrorismo con todos los gobiernos anteriores, incluidos los del PP, y acusó asimismo al líder de la oposición de utilizar a la política antiterrorista "para conseguir cuatro votos".
De este modo, Ibarra lamentó que la comparecencia fuera planteada en términos de un "juicio sumarísimo por traición a las víctimas" y afirmó que su postura ha sido siempre la de apoyar al Gobierno en materia antiterrorista "sea del color político que sea". Ibarra se negó a recordar las "medidas de gracia y acercamientos" de etarras practicadas por gobiernos del PP, y recordó que entonces apoyó estas decisiones, al considerar que Aznar hacía lo que consideraba oportuno en la lucha contra el terrorismo. "Si acertó o se equivocó Aznar, lo hice con él", apostilló.
Dice que las labores de Carrillo, Suárez y González fueron "actos de patriota"
Por otro lado, Ibarra acusó al PP de olvidar los "pasos atrás" a los que los gobiernos anteriores se han visto obligados a dar "para llegar donde estamos". El presidente extremeño afirmó que durante la transición "los demócratas cedimos en nuestros principios rupturistas" para acabar con el franquismo, unas cesiones que, aseguró, tenía como finalidad acabar con el sistema dictatorial, y que de haber renunciado a ellas se podría haber retrasado la llegada de la democracia.
Al mismo tiempo, recordó la labor de personas como Santiago Carrillo, Felipe González y Adolfo Suárez, quienes en aquel tiempo fueron acusados de traidores y de ceder al chantaje, y que según Ibarra fueron "actos de patriota". Añadió que en el 23-F, que recordó estuvo secuestrado con el resto de diputados, "sólo quienes no se tiraron a la calle para parar a los tanques, pudieron escandalizarse por el chantaje aceptado por el Estado que significó el Pacto del Capó, que dejó en libertad a los autores del golpe de estado del 23-F".
Otro de los episodios narrados por Ibarra fue el secuestro del diputado Javier Rupérez, por cuya liberación el Estado abonó 300 millones de pesetas a ETA, se leyó un comunicado de la banda en televisión y se excarceló a 15 "canallas".
Cesión "sin precedentes"
Por su parte, el presidente del PP extremeño y candidato a la Junta, Carlos Floriano dijo que la concesión de la prisión atenuada supone una cesión del Gobierno al "chantaje" de ETA "sin precedentes", dado que es el resultado de una huelga de hambre, "y esto ETA lo sabe". Asimismo, afirmó que De Juana no se encontraba en peligro de muerte, y aseguró además que no iba a llegar hasta el final porque el etarra "es un cobarde" porque "mata por la espalda".
Con respecto a la decisión del Gobierno, dijo que no estaba obligado a conceder el segundo grado penitenciario porque "también es legal el cumplimiento íntegro de las penas". Por otro lado, Floriano trató de demostrar la "contradicciones" que ha mantenido Ibarra en su discurso frente al terrorismo, y afirmó que con el fin de apoyar a su partido ha sido desleal en política antiterrorista.
Entre ellas citó la que dijo en noviembre de 2006: "si en ETA hubiera 900 suicidas como Iñaki de Juan Chaos estaríamos empatados a muertos"; o febrero 2007: "Rubalcaba, no dejes que el canalla (De Juana) muera en el hospital y se convierta en un héroe, porque sería el mejor favor que le podríamos hacer después de su repugnante y asquerosa vida, que se muriera en el hospital, no lo permitas".
Además, negó que Ibarra siempre haya apoyado al Gobierno, y recordó en este sentido que en febrero 2004, cuando se detuvo a terroristas con una furgoneta cargada de explosivos, el presidente extremeño dijo que era montaje del Gobierno con motivos electorales. Asimismo, dijo que no esperaba que Ibarra apoyara la decisión del Gobierno respecto a De Juana, con la que según dijo "traiciona el sentimiento de las víctimas, entre ellas 54 extremeñas y sobre todos las dos que murieron a manos de esta alimaña".
Beneficios penitenciarios del PP
El presidente del Grupo Socialista, Francisco Fuentes, dijo tras la intervención de Floriano que la comparecencia era un pretexto del PP para poner en cuestión la política antiterrorista del Gobierno y "crucificar" a Ibarra acusándolo "nada menos que de ser amigo de los miembros de la banda ETA". Por otro lado, dice que el primer beneficio penitenciario a De Juana se lo concedió el PP, al acercarle a una prisión de la península cuando cumplía condena en Melilla, en 1998, y que posteriormente redujo condena por asesinaros en un año por dos cursos de redacción.
En su segundo turno de la palabra, Ibarra se dedicó a demostrar que siempre estuvo junto al Gobierno en la toma de decisiones contra ETA y acusó al líder de la oposición de cambiar su postura respecto a la política antiterrorista en función de lo que le convenga para obtener votos. En este sentido, dijo que acudió a la Asamblea convencido de que Floriano "cogería a los muertos para pasármelos por la cara para ganar cuatro votos".