
(Libertad Digital) La llamada al diario Gara de un comunicante telefónico, que dijo hablar en nombre de ETA, desencadenó un amplio despliegue policial que estuvo casi dos horas inspeccionando las inmediaciones de la sede popular, en pleno centro de Madrid, según informa EFE.
Aunque en un principio se detectaron un coche y un paquete sospechoso de contener explosivos, finalmente los técnicos en desactivación de explosivos de la Policía comprobaron que se trataba de una falsa alarma. En la llamada, registrada a las 23.45 horas del lunes, se anunciaba que en media hora iba a estallar una bomba junto a la sede del PP, en la calle Génova, que fue rápidamente acordonada por efectivos policiales y cortada al tráfico de vehículos y a la circulación de peatones.
Con la llegada de dos unidades caninas, expertas en la detección de explosivos, se produjeron momentos de tensión cuando uno de los perros señaló un paquete sospechoso en la cercana calle de Almagro, mientras que otro lo hacía con un coche aparcado en la propia calle de Génova. Ante la posibilidad de que se trataran de artefactos explosivos como los que han explotado estos días, la policía amplió el perímetro de seguridad.
A los escasos conductores que circulaban en sus coches, los agentes les obligaron a que salieran rápidamente de ellos y se refugiaran, ante la posibilidad de una inminente explosión. Asimismo, fue desalojada la estación de metro de Alonso Martínez e interrumpido la circulación de trenes por el subterráneo. Los bares, restaurantes y discotecas de la zona que se encontraban abiertos en un perímetro de unos quinientos o seiscientos metros fueron, asimismo, desalojados por la Policía. Entre ellos, la discoteca "Bocaccio", en Marqués de la Ensenada, y el restaurante FrescCo, en la calle de Sagasta.
A los pocos vecinos de la zona que se asomaban a sus balcones para saber qué pasaba, los agentes también les ordenaban que se metieran dentro de las casas. No obstante, dado el largo puente de la Constitución, en el que muchos madrileños han salido de viaje, el centro de Madrid estaba bastante solitario, por lo que fueron muy pocos los ciudadanos afectados por la amenaza de bomba. Sobre la 1.30 horas, la Policía levantó el dispositivo policial al considerar que se trataba de una falsa alarma, tras comprobarse que el coche y el paquete sospechoso no contenían ninguna bomba.
Aunque en un principio se detectaron un coche y un paquete sospechoso de contener explosivos, finalmente los técnicos en desactivación de explosivos de la Policía comprobaron que se trataba de una falsa alarma. En la llamada, registrada a las 23.45 horas del lunes, se anunciaba que en media hora iba a estallar una bomba junto a la sede del PP, en la calle Génova, que fue rápidamente acordonada por efectivos policiales y cortada al tráfico de vehículos y a la circulación de peatones.
Con la llegada de dos unidades caninas, expertas en la detección de explosivos, se produjeron momentos de tensión cuando uno de los perros señaló un paquete sospechoso en la cercana calle de Almagro, mientras que otro lo hacía con un coche aparcado en la propia calle de Génova. Ante la posibilidad de que se trataran de artefactos explosivos como los que han explotado estos días, la policía amplió el perímetro de seguridad.
A los escasos conductores que circulaban en sus coches, los agentes les obligaron a que salieran rápidamente de ellos y se refugiaran, ante la posibilidad de una inminente explosión. Asimismo, fue desalojada la estación de metro de Alonso Martínez e interrumpido la circulación de trenes por el subterráneo. Los bares, restaurantes y discotecas de la zona que se encontraban abiertos en un perímetro de unos quinientos o seiscientos metros fueron, asimismo, desalojados por la Policía. Entre ellos, la discoteca "Bocaccio", en Marqués de la Ensenada, y el restaurante FrescCo, en la calle de Sagasta.
A los pocos vecinos de la zona que se asomaban a sus balcones para saber qué pasaba, los agentes también les ordenaban que se metieran dentro de las casas. No obstante, dado el largo puente de la Constitución, en el que muchos madrileños han salido de viaje, el centro de Madrid estaba bastante solitario, por lo que fueron muy pocos los ciudadanos afectados por la amenaza de bomba. Sobre la 1.30 horas, la Policía levantó el dispositivo policial al considerar que se trataba de una falsa alarma, tras comprobarse que el coche y el paquete sospechoso no contenían ninguna bomba.
ETA habría utilizado a dos grupos para colocar las bombas
Por cierto que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado están trabajando con la posibilidad de que ETA haya utilizado dos grupos de pistoleros para colocar los artefactos explosivos que han estallado desde el viernes en Madrid, Almería, Alicante, Ávila, Ciudad Real, León, Málaga, Valladolid y la localidad cántabra de Santillana del Mar. Según informaron a Europa Press fuentes de la investigación, el primero de estos grupos habría sido el responsable de dejar en papeleras y áreas próximas a cinco gasolineras situadas en carreteras de salida de Madrid los artefactos que detonaron en la tarde del pasado viernes, así como de las bombas que explotaron hoy en Ávila, Valladolid, León y Santillana del Mar.
