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Los islamistas que planeaban volar la Audiencia y el Supremo tenían un "manual para el martirio"

Ya son ocho los detenidos en la operación contra la célula islamista que pretendía volar la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo. Su jefe estaba detenido en Suiza desde septiembre. Los terroristas contactaron con el etarra Rego Vidal  para comprar 1.000 kilos de explosivos. Sobre este hecho, Alonso se remitió a los “datos objetivos”. Preguntada por si España sigue siendo blanco de los islamistas a pesar de la retirada de Irak, Fernández de la Vega dijo que el terrorismo "no tiene causas ni origen", contradiciendo las tesis defendidas por Zapatero.

L D (Agencias) El ministro de Interior, José Antonio Alonso, ha anunciado la detención en Pamplona de una octava persona relacionada con la red de terroristas islamistas que ha sido desarticulada en las últimas horas en varias ciudades españolas. Este detenido sería el propietario de un locutorio en Pamplona, situado en la calle Monte Ibañeta y que está cerca de la mezquita Al Badr. 
 
Alonso, que hizo este anuncio en declaraciones a los periodistas en el Congreso, añadió que en los registros efectuados en las últimas horas, en el marco de dicha operación, "no se ha encontrado ningún tipo de material, ni explosivos, ni armas". No obstante, destacó que los ocho detenidos "estaban ideando atentados terroristas" contra, presumiblemente, "la Audiencia Nacional u algún otro órgano judicial".
 
El jefe estaba detenido en Suiza desde septiembre
 
Fuentes del Ministerio del Interior han informado de que, según se desprende de la correspondencia de los miembros del grupo interceptada por la Policía, el jefe de la célula es un argelino vinculado al GIA que se encuentra detenido en Suiza. Este integrista estuvo encarcelado en España por delitos relacionados con la delincuencia común y también habría residido en varios lugares de la geografía nacional, entre ellos Navarra, Levante y Málaga. Según otras informaciones, el citado presunto terrorista, que suele utilizar identidades falsas como Mohamed Achraf o Mikael Etienne Christian, habría huido de nuestro país el año pasado, siendo detenido en Suiza en septiembre de 2004 a requerimiento de la Policía española.
 
Además, la Policía ha hallado en los registros varias cartas, resguardos de ingresos bancarios y un manual para el "martirio", de los que consultan los terroristas que deciden cometer atentados suicidas, según informaron a Europa Press fuentes de la lucha antiterrorista.
 
La relación ETA-Islamistas
 
Preguntado por la existencia de una conexión con presos de ETA para obtener los explosivos, José Antonio Alonso recalcó que "las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y los jueces se conducen con datos objetivos". Alonso precisó que dichos datos son dos por el momento, ya que la operación sigue abierta: por un lado, el posible desmantelamiento de "una célula radical islamista que no tenía material para cometer atentados", y el reconocimiento de "la tarea de prevención general del Estado en la lucha contra el terrorismo".

Las declaraciones del ministro de Interior se producen horas después de la operación policial iniciada el lunes por la noche. Se da la circunstancia de que uno de los nueve detenidos es el argelino Ismail Latrech, que era colaborador del Centro Nacional de Inteligencia y que se dedicaba a pasar información a los servicios secretos españoles sobre el contrabando de drogas y el tráfico de personas. Además de Latrech, los agentes han detenido a Alí Omar 'Jelloul' en Gandía (Valencia); al argelino Djamel Merabet, 'Abu Anas', y a un indocumentado conocido como 'Medhí', al parecer también argelino, en Cabañuelas (Almería); a Ahmed Mohamed Ahmed, natural de Ceuta, en Madrid; y al marroquí Magid Mchamacha en Almería.

 
Según El Mundo, la operación se ha podido llevar a cabo gracias a la información facilitada por un imán que, además, es confidente de los servicios secretos de Marruecos. El juez Baltasar Garzón ha declarado testigo protegido al imán, puesto que teme por su vida después de haber delatado a los autores materiales del 11-M y a estos terroristas.
 
1.000 kilos para estallar en la calle Génova
 
Este imán explicó detalladamente las intenciones asesinas de los islamistas. Uno de los terroristas confesó que necesitaba darle un golpe a España, que tenía que ser el más duro de su historia, y que para ello necesitaba 1.000 kilos de goma 2. Entre sus planes incluía un atentado mediante el empleo de un camión bomba introduciendo en su interior 500 kilos de dinamita, y como objetivo marcaba el edificio de la Audiencia Nacional y del Tribunal Supremo.
 
Los islamistas destacaron la facilidad con la que podría situarse el camión en la calle Génova (donde se ubica la sede del Partido Popular), por cuanto era muy transitada, no existiendo zona prohibida suficiente para impedir la comisión del atentado. Asimismo, mencionaron la existencia de un túnel o un paso subterráneo que podría utilizarse. Sobre la financiación de las acciones, explicaron que la cantidad de dinero necesario para la compra del material, vehículos y dinamita se podría obtener de los "mismos infieles", en alusión a los trapicheos con drogas y a la comisión de robos.
 
Potenciales terroristas suicidas y la conexión con ETA
 
Además, se informó de la existencia de un numeroso grupo de individuos dispuestos a cometer atentados suicidas. Es más, según se desprende de esta información, muchos jóvenes que están en las cárceles estarían esparando obtener la libertad para poder realizar lo que ellos consideran 'operaciones de mártir'.
 
En cuanto al objetivo del atentado, los terroristas habían previsto que en él pudieran morir varios jueces de los más importantes e influyentes de España. En su opinión, este hecho tendría mayor efecto que si asesinaran al presidente del Gobierno. Así, uno de los islamistas aseguró haber tenido comunicaciones con un miembro de ETA quien al parecer intentó cometer un atentado contra el Rey (José Rego Vidal) y que éste le habría facilitado teléfonos de contacto por si necesitara colaboración en el atentado anteriormente mencionado. Según parece, el etarra manifestó el interés que tenían de asesinar a los jueces del Audiencia Nacional, Baltasar Garzón y Juan del Olmo.

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