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NEGOCIOS, POLÍTICA Y OPINIÓN

Los vínculos entre Polanco y el PNV

El Grupo Prisa ha ampliado sus acuerdos hasta el punto de controlar buena parte del negocio de la comunicación en el País Vasco. Los pactos empresariales reciben subvenciones del Gobierno vasco. Sin embargo, los abundantes vínculos entre Jesús Polanco y el nacionalismo permiten dudar de la objetividad de los medios de Prisa, sobre todo en el tratamiento de las noticias que afectan al País Vasco.

(Libertad Digital) En los últimos años, el crecimiento del Grupo Prisa en el País Vasco ha sido espectacular como consecuencia del pacto político-empresarial alcanzado a finales de 2000 en Bilbao por Jesús Polanco y Xabier Arzalluz. En aquellas fechas, el objetivo del Grupo Prisa era combatir en su propio territorio al Grupo Correo, líder en el País Vasco, distanciado del PNV y recién llegado a Madrid con la compra del diario ABC . Por su parte, el nacionalismo vasco buscaba una gran plataforma mediática para extender y justificar su mensaje (en Madrid y País Vasco), primero ante las elecciones vascas de 2001 y, después, como apoyo al plan separatista del lehendakari Juan José Ibarretxe.

En la actualidad, gracias a una serie de acuerdos empresariales, una filial de Prisa, Gerencia de Medios (GDM), administra la exclusiva publicitaria del diario “DEIA”, el periódico del PNV, cuya sede en Madrid se encuentra en las oficinas de Prisa (Gran Vía, 32). Al tiempo, GDM también controla en exclusiva la contratación publicitaria en EiTB, la radio-televisión pública autonómica, como consecuencia de un acuerdo previo para emitir su programación (tanto de televisión como de radio) a través de Canal Satélite Digital, la plataforma de Prisa, actualmente en proceso de fusión con Vía Digital, la plataforma de Telefónica, en un proyecto que dará lugar a un “monopolio perfecto” en manos de Polanco.

Prisa también está presente en “El Periódico de Álava” y el “Diario de Noticias” de Navarra, en cuyos talleres se imprimía el diario “Euskaldunon Egunkaria”, clausurado por el juez Juan del Olmo, de la Audiencia Nacional por su pertenencia a ETA. En estos negocios, Jesús Polanco va de la mano del octogenario empresario independentista Juan Celaya, presidente de CEGASA y responsable de “Euskal Fundatzioa”, cuyo objetivo es la promoción del euskera y de la llamada “diáspora vasca”. Las tres cabeceras mencionadas distribuyen el suplemento “El Dominical” (antes “La Mirada”), editado conjuntamente por Prisa y el Grupo Zeta y cuya publicidad se comercializa conjuntamente con “El País Semanal”.

El negocio editorial y la expansión de Localia TV

Asimismo, el Grupo Santillana –la editorial de Prisa– tiene acuerdos con “Euskalgintza Elkarlanean Fundatzioa”, fundación-editorial radicalmente nacionalista, vinculada a Egunkaria e impulsora de la Federación de Ikastolas, que tiene un 65 por ciento de cuota de mercado en la difusión de libros en euskera y disfruta de 3.500 millones de pesetas en concepto de crédito sindicado con el Gobierno vasco. Además de este acuerdo, Santillana se asegura su presencia en la mayoría de las ikastolas (escuelas públicas vascas legales e ilegales) a través de “Zubia Editoriala” . Esta empresa de Prisa se dedica a la edición de material escolar en Euskera de diversas asignaturas como Literatura, Lengua, Matemáticas y Geografía e Historia, por lo que recibe una fuerte subvención del Gobierno vasco (354.000 euros en los últimos tres años sólo por este concepto). Los libros de Geografía e Historia han sido duramente criticados por su manipulación de contenidos en favor de los postulados de la “construcción nacional vasca”, compartidos por ETA y el PNV.

Como consecuencia de aquel pacto entre Arzalluz y Polanco, Prisa también ha ampliado en los últimos años su cadena ilegal de televisiones locales en el País Vasco a través de su filial Pretesa, la compañía que explota la marca “Localia TV” . Así, ha puesto en marcha “Localia Guipúzcoa”, donde controla el 40 por ciento del capital, y también se ha integrado en “Canal Gasteiz” (Álava) con el 11%, y en “Canal Bizkaia (marca comercial de Canal Bilbao SA)” (Vizcaya) con el 25 por ciento. Los dos últimos canales son subvencionados por el Gobierno vasco por promoción del Euskera (entre otros conceptos) en los medios de comunicación y donde aterrizó de de la mano de otros empresarios nacionalistas cercanos al PNV. Al tiempo, cuenta con una televisión local en Navarra: “Canal 4”, donde tiene el 51% del capital. Todas estas emisoras de televisión transmiten la programación en cadena de “Localia TV”.

Euskaltel , el operador vasco de telecomunicaciones, también está en el Consejo de Administración de los tres canales locales de Prisa, “Canal Bizkaia”, “Canal Gasteiz” y “Localia Guipúzcoa”, mientras que Canal Satélite Digital provee de contenidos a su programación de televisión por cable. Euskaltel está dominada por el nacionalismo: su presidente es el ex lehendakari José Antonio Ardanza y entre sus consejeros están el lehendakari Juan José Ibarretxe y la vicelehendakari Idoia Zenarruzabeitia. Entre sus accionistas están en Gobierno vasco (3 por ciento), MCC (Corporación Mondragón) (2%), Ente Vasco de la Energía (2%) o el Grupo Kutxa de Guipúzcoa -Caja pública de Guipúzcoa- (18,5%). Amena y Jazztel redujeron sus inversiones en el País Vasco por el régimen de monopolio con el que funciona dicha empresa.

Los negocios y la opinión dirigida

Según publicó la revista “Época”, el pacto político-empresarial entre Polanco y Arzalluz de diciembre de 2000 tuvo una consecuencia inmediata: un almuerzo al que acudieron el propio Xabier Arzalluz, junto al portavoz parlamentario del PNV, Iñaki Anasagasti, y un grupo de periodistas de Prisa o relacionados con este grupo, como Iñaki Gabilondo, director de “Hoy por Hoy”, el matinal de la Cadena SER; Soledad Gallego Díaz, de “El País”; Maria Antonia Iglesias, ex directora de informativos de TVE en tiempos de Felipe González y colaboradora habitual de tertulias televisivas; y Javier Pérez Royo, catedrático de Derecho Constitucional y habitual colaborador de los medios de Prisa.

Aquel almuerzo, celebrado en “El Frontón” –un conocido asador madrileño– a mediados de enero de 2001, propició un cambio de actitud que obliga a observar bajo otra luz las posiciones que mantienen los medios de Prisa en relación a la política vasca. Muy especialmente, poco después de las elecciones vascas de 2001, cuando se promovió un despliegue informativo y editorial a favor de que el Partido Socialista de Euskadi llegara a un acuerdo con el PNV para dejar aislado al PP en la defensa prioritaria de la vida y la libertad de expresión de los constitucionalistas. El propio Felipe González fijó la nueva línea en una conferencia pronunciada en la Real Academia de la Historia, donde criticó el Pacto Antiterrorista –firmado por el PP y el PSOE– porque era excluyente con el llamado “nacionalismo democrático”.

La consecuencia más inmediata fue la cacería política a la que fue sometido Nicolás Redondo Terreros tras las elecciones vascas de marzo de 2001. Como se recordará, la mecha se encendió en “El País” antes que en Ferraz, la sede madrileña del PSOE. Ramón Jáuregui firmó en el citado diario un artículo que desencadenó la crisis. José Luis Rodríguez Zapatero, secretario general del PSOE, fue reticente al principio, aunque no resistió a la presión ejercida desde los medios de Prisa y terminó cediendo. Con el paso del tiempo, y mientras Polanco seguía viendo crecer sus redes mediáticas y negocios en el País Vasco, Zapatero ha protagonizado un cambio de actitud frente al PNV que, muchas veces, se puede incluso anticipar leyendo “El País” o escuchando la Cadena SER.

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