L D (Europa Press) El coronel que Moratinos ha incorporado a su gabinete servirá de enlace entre los Departamentos de Exteriores y de Defensa. La semana pasada ya participó en la reunión del ministro de Asuntos Exteriores con su homólogo turco, Abdulá Gul, y viajó luego junto a Moratinos en su gira por Emiratos Árabes Unidos, Afganistán, Pakistán y Siria.
Las carteras de Miguel Ángel Moratinos y José Bono se solapan en muchas ocasiones –especialmente en lo relativo a las misiones de paz en el exterior– y, pese a insistir en su buena relación, lo cierto es que los dos ministros no tienen siempre los mismos criterios. El último desencuentro entre ambos se ha producido a raíz de la retirada de las tropas españolas de Haití. El jefe de la misión de la ONU en Haití (MINUSTAH), el chileno Juan Gabriel Valdés, se entrevistó el pasado 2 de marzo en Madrid con Moratinos, a quien pidió formalmente que el contingente militar español permaneciese en el país caribeño hasta verano.
Valdés reiteró el deseo de Naciones Unidas de una extensión de la presencia de las tropas españolas en Haití "hasta el próximo verano". Moratinos, por su parte insistió en que España seguirá comprometida con la MINUSTAH mediante "la cooperación para la reconstrucción y las labores de la policía civil". Por su parte, José Bono anunció el jueves 8 de marzo en el Senado que el Estado Mayor de la Defensa había dado ya la orden de que regresen de aquí al 5 de abril los 200 infantes de Marina que están en la MINUSTAH. "La orden ya ha sido dada por el Estado Mayor de la Defensa y calculo que si no hay ninguna incidencia, en la fecha del 5 de abril ya estarán aquí nuestros soldados. También estaban en una misma unidad táctica con soldados marroquíes, que también se repliegan", sentenció. Incluso, destacó que España había recibido la felicitación de Valdés y que la misión española que se tenía que realizar en Haití hasta el proceso electoral "ha sido culminada, reconocida, felicitada y completada".
Con anterioridad, Bono y Moratinos tuvieron otros desencuentros que llevaron al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, a intervenir reclamando una mayor coordinación. Así, a finales de noviembre del pasado año Bono anunció a la madre de un preso español condenado a muerte en Filipinas, Francisco Larrañaga, que la presidenta de este país, Gloria Macapagal Arroyo, no autorizaría la pena capital contra el reo mientras estuviese en el poder. Exteriores se apresuró a recordar que estas garantías ya habían sido comunicadas a Moratinos por las autoridades de Manila en verano. (Ampliación)
Luego, con motivo de su gira africana de primeros de diciembre, Moratinos indicó que habría una próxima visita del ministro de Defensa a Angola para reforzar la cooperación en seguridad y defensa con este país africano mediante la venta de aviones de carga y transporte C-295. Sin embargo, Bono respondió con un comunicado en el que dejó claro que no tenía intención de viajar a Angola en próximas fechas y que no estaba prevista la venta de ningún aparato al Gobierno de Luanda. (Ampliación)
El "malentendido" de Angola, tal como lo definió el Gobierno, hizo que ambos ministros se dieran cita en una cena destinada a rebajar la tensión. Para el PP era la prueba del "caos y la descoordinación" de la política exterior socialista. Fruto de la cena entre Bono y Moratinos fue el viaje conjunto con Zapatero para visitar a los militares españoles destacados en Herat y Quala-i-Now poco antes de Navidad.