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cruce entre sus gabinetes

Rajoy se enfada con Dívar

Esperaba un encuentro discreto en la sede del CGPJ, pero desde el gabinete de Dívar se convocó a los medios y se anunciaron declaraciones.

Mariano Rajoy esperaba del encuentro mantenido este jueves con Carlos Dívar una discreta reunión de trabajo a fin de avanzar en la reforma del mundo de la judicatura. Lejos de las cámaras, y sin hacer ruido. Pretendía tomar el pulso del CGPJ, el único órgano del ramo que no le da demasiados quebraderos de cabeza.

Sin embargo, a pocas horas de la que esperaba iba a ser una "prudente" cita, el gabinete del presidente del Tribunal Supremo convocaba a los medios de comunicación para dos cometidos: tomar imágenes del encuentro -hasta aquí todo bien- y recoger declaraciones de los protagonistas. Acto y seguido los teléfonos no dejaron de sonar en la Oficina de Información del PP, que negaba que en las previsiones del líder hubiera atención a los medios de comunicación.

La bola se fue haciendo cada vez más grande hasta el extremo que el PP optó por no enviar la habitual nota informando de los actos públicos de Rajoy al día siguiente, a la par que sus portavoces avisaban de que no habría declaraciones; ejercicio público que incomoda especialmente al jefe de los populares.

La amenaza se convirtió finalmente en realidad, y el equipo de Rajoy no dudó en afear al de Dívar. "Convocaron sin consultarnos. La reunión no se había establecido en esos términos". Por ello, ni el jefe de la oposición ni tampoco su hombre en los avatares judiciales, Federico Trillo, atendieron a los periodistas. Tampoco Dívar o algún vocal lo hicieron, y desde el TS se optó por emitir un breve comunicado agradeciendo la visita.

Rajoy escuchó "con atención"

En cuanto a la reunión en sí no hubo grandes titulares. Rajoy fue a "escuchar con atención", y no planteó ningún otro asunto que no fuera el de la crisis judicial. Nada de Sortu, según las fuentes consultadas. Además, "iba molesto". En la mesa, además de Dívar y Trillo, los vocales integrantes de la Comisión asesora para el impulso de las reformas legislativas previstas para agilizar la Justicia, Margarita Robles, José Manuel Gómez Benítez y Manuel Almenar.

Lo poco que les dijo el líder popular es que la modernización y agilización de la Justicia es "una prioridad" para él, pero no se comprometió a nada más y, ni mucho menos, a apoyar ciegamente al Ejecutivo central. Primero, dijo, estudiará los papeles a conciencia.

En la nota remitida por el órgano se afirma que tanto el CGPJ como el PP coinciden en "la necesidad de llevar a cabo imprescindibles reformas que permitan una Justicia más rápida y eficaz y que, en definitiva, garantice a los ciudadanos la tutela judicial efectiva, sin dilaciones, de sus derechos".

Al final de la hora y media de encuentro, un sabor agridulce, más por parte de los equipos que de los protagonistas. "Parece ser que con Zapatero -con quien estuvo en La Moncloa- estuvo más cómodo", se quejaron fuentes del aparato, que concluyeron: "Y parecer ser que con el presidente sí que se habló de ETA".

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