
Así lo afirma el magistrado en el escrito de alegaciones a la recusación planteada por la defensa de Garzón, en el que recuerda que si le correspondió instruir la querella presentada por el sindicato Manos Limpias y por Falange Española de las JONS fue "de forma aleatoria y por turno preestablecido".
"Entiendo que las decisiones procesales cuestionadas por el querellado no pueden ser objetivamente vistas como muestra de inclinación de ánimo alguno ni a su favor ni en su contra", dice Varela, que añade que tampoco ha tratado de favorecer o perjudicar con su actuación a las acusaciones.
El magistrado concluye que ni admite ni comparte "la apreciación de la causa de recusación invocada" y agrega que, pese a que considera que podía haber rechazado ésta de plano, ha aceptado que se tramite y anuncia que se someterá "a cualquier otra conclusión a la que pueda llegar la resolución que se dicte sobre la recusación planteada".
Varela -que comienza su escrito diciendo que "nadie es buen juez en causa propia", en clara alusión a Garzón- rechaza el argumento del abogado de éste de que al pedir a Manos Limpias y a Falange que subsanaran sus escritos de acusación se puso de parte de éstas.
"No me corresponde a mí establecer si condicionar el ejercicio de la acusación por Falange constituye un acto de ayuda. O si requerir la exclusión de contenidos de la formulada por la otra acusación puede considerarse una cooperación", señala el magistrado, que asegura que actuó así sólo para garantizar el derecho a la tutela judicial efectiva y el de defensa.
De hecho, Varela recuerda que terminó expulsando a Falange del procedimiento por no corregir su escrito en plazo y que sólo admitió el de Manos Limpias cuando esta parte suprimió del suyo "excesos inocuos para el contenido subsistente".
Por otra parte, Falange también se ha opuesto a la recusación planteada por Garzón en un escrito en el que asegura que no encuentra motivos para dudar de la "absoluta imparcialidad" de Varela y se pregunta cuál es el trato de favor recibido cuando sólo le dieron veinticuatro horas para corregir su escrito de acusación, cuando la ley prevé un plazo superior.
