Parece que los escollos pedagógicos y académicos han sido superados gracias al buen talante, la prudencia y la decisión de la que ha hecho gala la ministra de Educación. Sin embargo, quiere el PSOE seguir dando emoción a esta pequeña reforma en los “curricula” de la ESO y del Bachillerato. Asegura que su apoyo no será firme hasta que vean la memoria económica. Una excusa que les permitirá reservarse la última palabra.
Debe ser apasionante presenciar las discusiones internas que, sobre el asunto, se mantienen estos días en el seno del PSOE. Rubalcaba y sus logsistas por un lado y Valcarce y los jóvenes de la nueva generación por el otro. La intransigencia pedagógica de los primeros frente a una ingenua incomprensión de los últimos. El día que Amparo Valcarce consensúa con la ministra, se lleva un sermón de los padres de la LOGSE que intentan hacerle comprender que la cantidad de horas de trabajo antaño dedicadas a la laboriosa tarea de “curriculear” no pueden ser barridas de un plumazo. Así que han decidido poner precio al acuerdo. Y ahí debe estar ahora la discusión, ¿por cuántos miles de millones están dispuestos a entregar al Gobierno las riendas de la educación?
Cataluña, que siempre sabe mejor lo que quiere, ha lanzado ya una cifra, 2000 millones para aplicar la reforma de Pilar del Castillo. Mucho dinero me parece para quien no piensa hacer nada pues, según dice Carme Laura Gil, “los cambios que propone la ministra se están haciendo en Cataluña desde hace 10 años”.
Confiemos en que al final se le pueda hincar el diente a ese carcomido hueso de la educación española y pueda la ministra de Educación ponerse seriamente a trabajar en una reforma más profunda de nuestro sistema educativo.
El mercadillo de las humanidades
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