La "condición" de catedrático

Está claro que al PSOE no le gustan los exámenes. Ante la proyectada habilitación para los profesores que quieran hacerse funcionarios, prevista en la futura Ley de Universidades, los socialistas han presentado al Ministerio la alternativa de una acreditación mediante concurso de méritos. Acreditación que es de esperar no se parezca a lo que en secundaria se llama “condición de catedrático” y que ha sustituido, parece que para siempre, a las tradicionales y prestigiadas cátedras de instituto.

Cuando se puso fin a la elaboración de la LOGSE, las administraciones educativas quisieron, por un lado, premiar a quienes habían trabajado en la fatídica ley y, por otro, asegurarse la colaboración del profesorado durante su implantación. Desaparecidas ya las oposiciones a cátedra de instituto se inventaron un nuevo escalón en la carrera docente al que llamaron "condición de catedrático". Para adquirir esa condición se exigía la presentación de una memoria que reflejara la adhesión inquebrantable del candidato a los principios de la LOGSE. Cuando llegó el PP al poder una buena parte de los profesores esperó que se produjera un cambio sustancial en la forma de ascender dentro de su carrera, el cambio no llegó y la situación se ha hecho ya irreversible.

La Comunidad de Madrid acaba de constituir el tribunal que, dentro de unos días, evaluará los méritos y conocimientos de los profesores de instituto que quieren obtener esa “condición” de catedrático . Terminado ya el curso escolar muchos son los profesores de secundaria que recogen, enloquecidos, cuantos certificados puedan acumular para acreditar su valía. Escriben o copian un texto que cantará las grandes ventajas de la LOGSE y se estudian uno, pero uno sólo, de los 75 temas de esta absurda "oposición". Y es que, aunque suene raro, el candidato elige con un mes de anticipación su lección magistral. Lástima que no se haya aprovechado la ocasión para ofrecer al profesor la oportunidad de repasarse todo el temario de la asignatura que enseña, nada hubiera sido más lógico que pedirle que demostrara saberse lo que tiene que enseñar.

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