Si visitan una sencilla página web de la Universidad de Cambridge , en el Reino Unido, sólo verán una palabra: sold (vendido). ¿Y qué es lo que se ha vendido? Pues una cafetera. Una cafetera normal y corriente de las que tanto abundan en las pequeñas oficinas. Lo sorprendente es el precio en el que se cerró la venta: 4.750 dólares (algo menos de dos millones de pesetas). El comprador ha sido la empresa editora alemana Spiegel Online, que la adquirió en subasta.
Todo empezó en 1991. Lo cuenta uno de los implicados, Quentin Stafford-Frazer (la historia entera la tienen en www.cl.cam.ac.uk/coffee/coffee.html) uno de los responsables del proyecto ComputerLab denominado Trojan Room (un tema relacionado con redes ATM). El equipo trabajaba en habitaciones muy separadas entre sí y todos compartían una única cafetera (la cafetera en cuestión) ubicada en un lugar remoto del edificio, pro lo que el riesgo de ir a buscar café y encontrarse con el recipiente vacío era demasiado elevado para unos frenéticos programadores ávidos de cafeína.
La solución consistió en instalar una cámara web que durante nueve años mantenía informado al personal del nivel de café disponible (la biografía de la cafetera está disponible en www.cl.cam.ac.uk(qsf/coffee.html) Nueve años de grabación de imágenes de cafetera constituyen un documento virtual tan excepcional que ha sido la causa del precio final pagado por
Spiegel Online .
Puede parecer un disparate, pero no es lo que parece. Millones de personas en todo el mundo tratan desesperadamente de encontrar “disparates” de este calibre a fin de conseguir el ansiado pelotazo web. Por supuesto, la inmensa mayoría no lo consigue (y de ahí el sobrevalor de espacios web de dudosa utilidad práctica o generadora de negocio).
La lúdica experiencia de la Universidad de Cambridge nos pone al tanto de la nueva generación de valores en el universo virtual. La comprensión de estos escenarios económicos, insólitos en cuanto a su nacimiento y desarrollo constituye un factor ciertamente crítico para determinar el éxito o fracaso de una iniciativa. Nunca hasta este momento los negocios habían tenido un trasfondo tan platónico (en el sentido de la consideración de las ideas en estado puro, más allá de su dimensión práctica o de sus implicaciones sociales).
Y ahora la consecuencia inmediata: ya se ha pensado en crear la “Xsandwich
Van” webcam y un “XprinterOUtputTray” webcam, pero no ha seguido adelante ninguno de los dos proyectos, y les diré por qué: Internet no soporta a los imitadores. Las experiencias de éxito son únicas e irrepetibles, tanto en diseño, concepto global o contenidos. El mercado virtual es implacable con las ideas de segunda mano. No las soporta.
Tal vez una excepción sean las dos cámaras instaladas en el lago Ness, una dentro del agua y otra en el exterior, que durante 24 horas al día tratan de grabar al famoso monstruo.También allí, en Leonard´s Cam World, tienen a su disposición un directorio de webcams, donde encontrarán direcciones incluso de webcams que siguen la evolución de los huracanes.
Lo malo es que con estas dos cámaras, el mito del monstruo del lago Ness, desgraciadamente, corre el peligro de desaparecer. El mundo virtual crea mitos a costa de la destrucción de otros mitos anteriores. Como la vida misma. Más real, imposible.
Cafeteras inimitables
En Tecnociencia
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