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Un puntal para Wall Street

Los mercados están especulando con un nuevo recorte de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense, aunque los analistas no acaban de ponerse de acuerdo en la magnitud de la bajada. Los hay que piensan que la rebaja será de medio punto, hasta el 2,5%, y los hay que se decantan por un movimiento más prudente de tan sólo un cuartillo. Pero en lo que todos coinciden es en que Alan Greenspan volverá a actuar, probablemente este martes. Puede que no vayan descaminados.

El presidente de la Fed se ha convertido, por derecho propio, en el primer actor del teatro económico estadounidense. Sólo tiene un arma real, el manejo de la política monetaria, pero cuenta también con un poder muy especial, el de condicionar las expectativas de los agentes económicos y financieros. Si Greenspan dice que las cosas van bien, pocos lo cuestionan; si lanza una advertencia, pocos se atreven a no tenerla en cuenta. De esta forma, condiciona la evolución de la economía norteamericana tanto como si en su persona se reunieran simultáneamente los cargos de presidente de la Reserva Federal y secretario del Tesoro.

Esta habilidad de Greenspan está resultándole muy útil a las autoridades económicas estadounidenses a la hora de limitar el impacto económico de los atentados del 11 de septiembre. El "maestro" ha sabido hablar y actuar de forma adecuada y en el momento justo para evitar el hundimiento de las expectativas empresariales y de los mercados. El próximo recorte de tipos puede ser un paso más en esta estrategia de consolidación de las expectativas. La cuantía da la mismo; la fecha, no tanto. Wall Street necesita argumentos para aguantar el tipo; si éstos tardan en llegar, el desplome del Dow Jones puede ser una realidad en cuanto comiencen los ataques estadounidenses sobre Afganistán. Un recorte de tipos a tiempo puede amortiguar muchas cosas. Eso es lo que pide el mundo financiero y lo que Greenspan está dispuesto a conceder, sobre todo porque actualmente no hay problemas de inflación en EEUU.

El alcance a corto plazo del recorte no irá más allá. Condicionará positivamente las expectativas y ayudará a apuntalar los mercados de valores y bonos. Pero no afectará al crecimiento económico hasta mediados de 2002 como poco. O sea, no servirá para evitar una recesión, por corta que pueda ser, si finalmente se llega a esta situación. Sin embargo, sí que dejará lista a la economía norteamericana para remontar el vuelo con rapidez. Por eso aguantaría el Dow Jones. Greenspan lo sabe perfectamente. En consecuencia, casi nadie apuesta porque los tipos de interés en EEUU vayan a permanecer mucho más tiempo en el 3% actual. En realidad, sólo falta saber la fecha y la intensidad del recorte.

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