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Carlos Ball

Chávez y el terrorismo internacional

Para entender las aparentes locuras de Hugo Chávez, hay que remontarse a la fundación del Foro de Sao Paulo en 1990, reunión convocada por Fidel Castro y el presidente del Partido de los Trabajadores brasileño, Lula da Silva, donde participaron 52 grupos de la extrema izquierda internacional. Por Venezuela asistieron Pablo Medina, conocido por su robo de un parque de armas militares, y Alí Rodríguez Araque, a quien el presidente Chávez nombró, primero, ministro de Energía y Minas para luego llevarlo a la secretaría general de la OPEP. Medina trata actualmente de "reagrupar a los sectores progresistas" y ya no apoya a Chávez, de quien dice "quería ser Fujimori 2 y terminará siendo De la Rúa 2".

El objeto del Foro de Sao Paulo fue darle nuevos ánimos a los comunistas del hemisferio, tras el colapso de la Unión Soviética, promoviendo una oposición frontal al "imperialismo" de Estados Unidos y la globalización del "salvaje" capitalismo neoliberal. Ese "proyecto" modernizaba "el plan de media luna" del Che Guevara en Bolivia. El eje fundamental sería la toma del poder en Colombia, Venezuela y Brasil.

La narcoguerrilla colombiana y el petróleo venezolano serían las principales fuentes de financiamiento del renovado comunismo en América Latina, mientras que las hordas de "los sin tierra" brasileños de Francesco Juliao aportarían la carne de cañón requerida por la revolución neomarxista que Chávez llama "bolivariana".

Hugo Chávez, quien perteneció a la Juventud Comunista, fue designado para dar el golpe en Venezuela en 1992. El plan de la insurrección fracasó y tan pronto el presidente Caldera perdona a Chávez de haber conspirado contra su enemigo político Carlos Andrés Pérez, el teniente coronel golpista comienza a participar activamente en el Foro de Sao Paulo y a construir nexos con los más destacados líderes del terrorismo internacional: Fidel Castro, Manuel Marulanda "Tirofijo" de las FARC, Sadaam Hussein de Irak, Mohammed Cadafi de Libia y el líder palestino Arafat.

Algún día quizás sabremos cuánto dinero del terrorismo internacional apoyó la exitosa campaña electoral de Chávez en 1998 y cuántas veces esa deuda ha sido pagada financiando proyectos como la recientemente fracasada campaña presidencial del sandinista nicaragüense Daniel Ortega, otro destacado miembro del Foro de Sao Paulo. El oponerse a seguir despachando petróleo venezolano a Cuba sin recibir pago, acaba de costarle la presidencia de Petróleos de Venezuela al general Guacaipuro Lameda, siendo reemplazado por un profesor marxista de la Universidad del Zulia, Gastón Parra, quien jamás ha gerenciado ni a una farmacia, pero es el cuarto presidente de la petrolera estatal en los tres años del actual gobierno.

Chávez parece que se va a convertir en la última víctima del 11 de septiembre, ya que la presión de Estados Unidos ha finalmente despertado al presidente colombiano Andrés Pastrana de su sueño pacifista y de su obsesión por el Nobel de la Paz, uno de los premios más devaluados. El proyecto "bolivariano" incluye la consolidación de la llamada zona de despeje, controlada hasta hace poco por las FARC, con el noroeste del Brasil y zonas fronterizas venezolanas bajo la supervisión de oficiales que han recibido el visto bueno del capitán de navío Sergio Cardona, agregado militar cubano. Gran parte de esas mismas tierras en la nueva constitución chavista se reservan a indígenas, lo que parece indicar que se convertirían en el refugio de Chávez, si la sociedad civil venezolana triunfa en su propósito de sacarlo del palacio presidencial.

Ese plan también explica el apuro del presidente Chávez en corromper a la alta oficialidad venezolana, permitiéndole a tantos generales libre acceso a los fondos públicos sin el más mínimo esfuerzo de controles contables ni transparencia en el manejo de cientos de millones de dólares.

Parece también importante la reciente sustitución en la vicepresidencia de Venezuela de Adina Bastidas, quien goza de extensa experiencia en terrorismo en Nicaragua, por Diosdado Cabello, aparentemente designado por su honestidad en la administración de las partidas secretas que se utilizan para financiar planes terroristas. Pero, para horror de los empresarios venezolanos, la Sra. Bastidas ha sido designada ministra de Comercio. Por su parte, al diputado del MVR Tarek William Saab se le menciona como el encargado de los contactos con la ETA y los grupos terroristas islámicos.

Hasta hace poco, la mayoría de los venezolanos veían a Fidel Castro como figura extraña y lejana, quien logró acabar con la prosperidad, la música y la felicidad de los cubanos. Pero se le consideraba un problema básicamente de Estados Unidos. Ya no es así; la acelerada cubanización de Venezuela es hoy un horrible problema para todos los venezolanos.

© AIPE

Carlos Ball es director de la agencia de prensa.

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