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Víctor Cheretski

Gorbachov, resucitado y condecorado

Tengo la impresión de que este personaje del basurero histórico bolchevique se ha abierto últimamente camino en España. Organiza foros internacionales de carácter demagógico, pagados por Juan Español. Y ahora, como si fuese poco, le entregan el prestigioso premio Carlos V. Mientras tanto, en su propio país los únicos “galardones” que ha merecido es una paliza y un escupitajo en la cara que le proporcionó un transeunte. De esta forma, violenta y salvaje, aquel hombre desconocido le manifestó al ex-jefe de Estado los sentimientos de los rusos. Todavía en los 90, Gorbachov se presentaba a todo tipo de elecciones obteniendo unos resultados que no superaban el 0,1% de los votos. Y eso a pesar de que sus campañas electorales fueron bien pagadas por sus amigos extranjeros: desde Pizza Hut hasta el llamado Fondo Gorbachov de Norteamérica.

Supongamos que los 150 millones de rusos son idiotas y no saben apreciar a un hombre como Gorbachov. Pero, por lo menos, pudieron seguir, día a día, su política o, mejor dicho, la ausencia de cualquier política razonable y experimentar en sus propias carnes las consecuencias de su desastroso gobierno. Sus torpes “reformas” como la lucha contra las bebidas alcohólicas, el desarrollo del cooperativismo criminalizado o la implantación del anarquismo en las empresas del Estado provocaron un caos económico y social en el país. A lo que hay que añadir una lucha sin cuartel que Gorbachov libraba para aniquilar a otros miembros del buró político (dirección colectiva en la época comunista) y hacerse con el poder absoluto. Esta lucha, en la que Gorbachov tampoco tuvo éxito, debilitó aún más a Rusia y la llevó al fenómeno dantesco de Yeltsin, a las guerras, mafias, miseria y a la pérdida de 10 millones de vidas humanas.

Ahora se le otorga a Gorbachov el premio por la unidad de Europa. No ha hecho nada para esta unidad. Los que destruyeron el sistema comunista en Europa del Este han sido los pueblos de aquellos países. Aprovecharon el despiste soviético para realizar los cambios históricos. Ellos sí que merecen algún galardón. E igual lo merecen muchos intelectuales rusos que aprovecharon lo mismo para introducir en la vida rusa elementos de la apertura democrática, empezando por la prensa.

Un político de poca monta, mediocre, presumido, inculto y tartajoso. Llegó al poder gracias a la burocracia comunista, que estaba obsesionada con promocionar a las personas de procedencia proletaria y campesina. Un jefe de Estado con la mentalidad de un tractorista, —así fue catalogado Gorbachov por un analista ruso. Fue secretario general del PC y todas sus “reformas” fueron acompañadas por los vivas al bolchevismo. Nunca habló de acabar con el sistema estando en el poder ni se atrevió a criticar los crímenes que cometió el régimen a lo largo de su historia.

Así que no estamos de acuerdo con el también ex-presidente Felipe González cuando dice que Gorbachov es “uno de los grandes constructores del siglo XXI”. Al mismo tiempo, no nos extraña su “amistad personal” con este elemento. Díme con quien andas y te diré quien eres… Nunca mejor dicho.

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