Colabora
Juan Manuel Rodríguez

De Kobe Bryant al "21"

Los periodistas deportivos provocamos un grado de excitación salvaje en algunos profesionales del deporte, hasta el punto de que algún entrenador en apuros debiera pensar detenidamente en la posibilidad de introducir a uno en el vestuario como método de motivación añadida. No me refiero al chavalito que empieza sino a la estrella que, harta de aguantar los improperios de la grada pagana sin poder hacer nada para remediarlo, lo lee todo, todo lo ve y todo lo oye, todo lo apunta y luego, cuando la ocasión la pintan calva, se dirige a ti: "¡eh, tú... ¿y ahora qué dices?" Y es que muchos jugadores ven al periodista deportivo como un futbolista frustrado, cuando son muchos de ellos los que luego, una vez concluida su corta carrera profesional, se ponen delante de un micrófono o un ordenador, demostrando así que en realidad eran ellos los que siempre desearon íntimamente pasar por la Facultad de Ciencias de la Información.

Eso le ha pasado ahora a T. J. Simers, editorialista de Los Angeles Times, quien cruzó el otro día una inocente apuesta con Kobe Bryant, famoso alero de los Lakers. Al parecer –y según relata el propio T. J.–, se encontraron instantes antes del partido contra Seattle y el periodista le comentó en broma al jugador que su hija metía más triples que él: "podrías trabajar con ella, lleva cerca de 350 en su Instituto de California". Bryant bromeó con Simers, y éste último se fue a redactar una entrevista con Don King, cuando el público del Staples Center empezó a rugir como en los buenos tiempos. El jugador de los Lakers batió el récord de triples de la NBA con doce, nueve de ellos seguidos. Al final del partido, Kobe le dijo a Simers lo siguiente: "sólo quiero que te calles un poquito".

Esto me recuerda mucho a una situación similar que se produjo en el Mundial de Italia de 1990. España no estaba jugando bien, y las críticas, lo mismo que cuando las cosas se torcían en el Real Madrid, se centraban exclusivamente en Míchel, como si el resto no tuviera nada que ver con aquel desastre o el fenomenal centrocampista hubiera hipnotizado a Luis Suárez, que por aquel entonces era el seleccionador nacional de fútbol. Michel llevaba el dorsal "21", y el mismo día que jugábamos contra Corea apareció un editorial titulado así, "el 21", muy crítico con el futbolista. Me parece que algún compañero comentó "¡ya verás cómo hoy marca tres goles!", y efectivamente fue así. Mano de santo. Con la consecución del tercero se quitó la camiseta y empezó a gritar como un poseso "¡me lo merezco, me lo merezco!", pero aquel Mundial acabó siendo desastroso para la selección. De haber estado trabajando en la Federación, yo habría fichado al periodista.

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario