La izquierda antisistema, superados los años de desconcierto y orfandad ideológica que siguieron a la caída del muro de Berlín, ha empezado a reorganizarse en torno al Foro Social Mundial, un altavoz de los sofismas antiglobalización fundado en Porto Alegre, inspirado por Ralph Nader (el líder del movimiento ecologista radical en EEUU y candidato a la presidencia de su país en las pasadas elecciones) y organizado por Le Monde Diplomatique (Ignacio Ramonet) y ATTAC (Bernard Cassen). Desde 2000, ha crecido hasta aglutinar en su seno a una amplia red de grupos antisistema que se encargan de divulgar las consignas y las estrategias de los ideólogos del movimiento –en su inmensa mayoría, comunistas nostálgicos de la utopía totalitaria soviética como Noam Chomsky o ecologistas anticivilización como el propio Nader– y de organizar algaradas como las de Seattle y Washington.
En la última reunión del Foro, que finalizó hace tres semanas, el italo-brasileño Jose Luiz Del Roio, uno de sus teóricos más influyentes –dirige la organización italiana de izquierda revolucionaria “Ponto Rosso” (Punto Rojo)–, delineó la estrategia general a corto y medio plazo para las organizaciones y grupos integrantes de esta especie de nueva KOMINTERN: conseguir que centenares de miles de personas protesten en las calles de Europa contra la guerra en Irak y contra los EEUU; alejar a Europa de la OTAN acercándola a Rusia; promover cualquier tipo de movimiento antisistema en EEUU y promover la participación de las iglesias cristianas, especialmente la católica.
A juzgar por los resultados, hay que reconocer que han obtenido un notable éxito en sus propósitos: millones de personas se manifestaron contra la guerra en Irak el pasado sábado por toda Europa Occidental, la cohesión de la OTAN atraviesa momentos muy difíciles y amplios sectores de Iglesia Católica comparten muchos de los planteamientos antiglobalizadores. Incluso han conseguido capitalizar en beneficio propio la oposición del Papa a la guerra. La plataforma “Cultura contra la Guerra”, creada recientemente por los responsables de la mascarada de los Premios Goya y cuyos representantes –Almodóvar, Fernán Gómez, Leonor Watling– leyeron el manifiesto proiraquí que puso fin a la manifestación del sábado, es una de esas organizaciones destinadas a promover esa estrategia desintegradora y deslegitimadora de las alianzas e instituciones occidentales, utilizando como pretexto la guerra contra Irak. La web de los actores, creada hace escasos días, contiene entre sus enlaces recomendados a nodo50, portal español de la izquierda revolucionaria que aglutina a todo tipo de grupos antisistema, incluidos los etarras.
No es extraño que Gaspar Llamazares, quien no aspira a gobernar en una democracia liberal como la española sino en un régimen lo más parecido posible al modelo referencial cubano, se ponga a la cabeza de la manifestación y amenace con un “debate movidito” o con “saltarse todas las normas” parlamentarias si Luisa Fernanda Rudi no se aviene a quebrantar el reglamento del Congreso o el Gobierno se niega a escuchar “la voz de la calle”. Tradicionalmente, los comunistas sólo han respetado las reglas de la democracia liberal en la medida en que sirven a sus intereses, pues su objetivo es combatir al sistema por medios legales e ilegales.
Sin embargo, José Luis Rodríguez Zapatero, que en principio sí aspira a gobernar una España libre y democrática, no ha podido cometer peor torpeza política que aliarse con IU en la deslegitimación de las instituciones por vía asamblearia, haciendo el juego a quienes mienten y manipulan a la opinión pública sobre la cuestión de Irak Todo por la esperanza de rebañar algunos de los votos y, de paso, socavar a un Gobierno que, hasta las próximas elecciones generales, ostenta la representación legítima de los españoles. Y es que desde el ‘no’ a la guerra hasta el ‘sí’ a Zapatero o Llamazares hay un gran trecho.

Zapatero antisistema

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