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Víctor Llano

Escalada de represión

Los hermanos Castro han decidido incrementar la brutal represión contra la disidencia interna y limitar los movimientos de los diplomáticos estadounidenses destacados en Cuba. En contra de los que es habitual, la tiranía castrista informó en un comunicado oficial de la detención de varias decenas de personas a las que acusa de estar vinculadas a actividades conspiradoras, alentadas, según la policía castrista, por James Cason, Jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana. A juicio de Elizardo Sánchez Santa Cruz, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, “en la isla se vive la más intensa oleada de represión política de los últimos años”.

Castro –que amenazó con cerrar la oficina diplomática de Washington en Cuba– calificó a Casón de “guapetón con impunidad democrática”, después de que el estadounidense se reuniera con la economista Martha Beatriz Roque y ofreciera su residencia oficial a los periodistas independientes. Según un portavoz del gobierno cubano, “ajeno a las más elementales normas diplomáticas, violando nuestras leyes y en franco desafío injerencista, James Cason ha promovido activamente y ha tomado parte en las actividades que organizan grupúsculos de traidores a la patria que sirven a los intereses de Estados Unidos”. El régimen comunista advirtió que “la revolución aplicará –con el rigor que sea necesario y, en la medida en que las circunstancias lo demanden– las leyes creadas para defenderse de nuevas y viejas tácticas y estrategias contra Cuba”. Según una nota del gobierno castrista divulgada por el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista Cubano, “las personas detenidas por las autoridades pertinentes serán sometidas a los Tribunales de Justicia”. En el último párrafo del comunicado oficial se afirma que “los que conocen la revolución cubana saben de sobra que no utiliza jamás el bluff, ni existe fuerza en el mundo capaz de intimidarla”.

¿Se atreverá Castro a cerrar la Oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba? ¿Intentará chantajear a su vecino del norte con una nueva oleada de balseros? Tal vez el coma-andante considere que Bush está muy ocupado en Irak y crea que ha llegado el momento de desprenderse de cientos de miles de cubanos hambrientos que, pocos meses después de salir de la isla cárcel, trabajarán para él, enviando a sus familiares –rehenes en la prisión grande– remesas de cientos de miles de dólares. Sin embargo, casi todos los analistas del manicomio castrista coinciden en que cometería un grave error si se atreve a desatar una nueva avalancha de inmigrantes. No parece probable que Estados Unidos se someta a un nuevo chantaje. Tal vez el gobierno cubano recule en el último momento, pero todo indica que sí está dispuesto a expulsar al jefe de la oficina norteamericana en La Habana, aunque no creemos que después del tristemente famoso “11 de septiembre” se arriesgue a desafiar a los estadounidenses con una nueva oleada de balseros.

En cualquier caso, de la locura del Máximo Líder puede esperarse cualquier cosa. El aumento de la represión en la isla de las doscientas cárceles es una más de sus muchas huidas hacia ningún sitio. El gobierno comunista teme que en un Bagdad liberado puedan encontrarse pruebas que demuestren su inestimable participación en la fabricación de armas de destrucción masiva. Si por fin se confirma oficialmente lo que muchos cubanos conocen, Bush no podrá mirar hacia otro lado y tendrá que fijar su atención en los misteriosos laboratorios que existen en los alrededores de La Habana.

Sadam Husein no es más peligroso que Fidel Castro, y los cubanos no sufren menos que los iraquíes. Después de cuarenta y cuatro años de tiranía, nadie duda que el coma-andante es un tipo con suerte, pero quizás aún viva lo suficiente para comprobar que sus crímenes no quedan impunes. En las prisiones castristas no caben más presos y la situación económica que soportan los cubanos no puede ser más desesperada. Todo tiene un límite. Sadam Husein ya lo sabe. Castro podría aprenderlo muy pronto. Parece que algo se mueve en Cuba. Permanezcan atentos a la pantalla.

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