Se ha celebrado en Bilbao durante estos días la denominada Euskal Encounter, que durante las diez ediciones anteriores se llamó Euskal Party. Es el más veterano encuentro de informáticos en España. Si uno de esos eventos en los que se reúnen cientos, y hasta miles, de personas con su ordenador conectados a una red inmensa para jugar y piratear. O no.
Porque lo cierto es que los primeros encuentros de este tipo se llevaron a cabo con un propósito distinto. Eran los años de oro de la "escena", un movimiento artístico puramente informático. Consistía en una serie de grupos que reunían a artistas de la música (musicians), el grafismo (graphicians) y la programación (coders) con el objeto de crear secuencias audiovisuales generadas en tiempo real con ordenadores de la época. Fue, y sigue siendo, una excelente cantera para las compañías de videojuegos, en cuyos cuadros figuran muchos antiguos integrantes de la escena, o sceners.
Este movimiento nació a mediados de los 80, cuando los grupos de crackers de juegos (que se dedican a destruir las protecciones de los mismos) incluían a modo de firma unas pequeñas animaciones generadas en tiempo real. Tras la aparición del ordenador Amiga, estas demostraciones fueron aumentando en complejidad y belleza y fueron desligándose de sus orígenes, empezando a organizar parties en las que diferentes creadores competían. A principios de los 90 empezaron a aparecer los grandes grupos de PC como Future Crew o Triton, cuyas creaciones seguramente sean las más conocidas por los informáticos que han oído hablar de esto alguna vez.
Un ejemplo de lo que se puede conocer como arte a la hora de programar es el llamado efecto fuego, creado por dos programadores españoles del grupo Iguana. Para poder simular un fuego se crea un grupo de pixels o puntos en pantalla de un color aleatorio, escogido de entre una gama entre amarillo y rojo, en la parte baja de la pantalla. La fila inmediatamente superior de pixels hace lo que se llama un suavizado, es decir, cada punto tiene un color que es una mezcla de los tres colores contiguos de la fila de abajo. Así, rellenando siempre esa fila y haciendo los cálculos en las siguientes se crea una secuencia de fuego.
De este modo, mientras otros se fijan en el número de asistentes, el ancho de banda de la red con que se conectan y los premios otorgados a los jugadores de Counter-Strike, yo pondré mi atención en las producciones y los resultados de grupos con nombres como Fuzzion, RGBA, Stravaganza o Concept y de ver los logros de gente apodada Astaroth, Ithaqua, Iq, Wonder, Awesome o NewAlpha.
Daniel Rodríguez Herrera es editor de Programación en castellano.
Porque lo cierto es que los primeros encuentros de este tipo se llevaron a cabo con un propósito distinto. Eran los años de oro de la "escena", un movimiento artístico puramente informático. Consistía en una serie de grupos que reunían a artistas de la música (musicians), el grafismo (graphicians) y la programación (coders) con el objeto de crear secuencias audiovisuales generadas en tiempo real con ordenadores de la época. Fue, y sigue siendo, una excelente cantera para las compañías de videojuegos, en cuyos cuadros figuran muchos antiguos integrantes de la escena, o sceners.
Este movimiento nació a mediados de los 80, cuando los grupos de crackers de juegos (que se dedican a destruir las protecciones de los mismos) incluían a modo de firma unas pequeñas animaciones generadas en tiempo real. Tras la aparición del ordenador Amiga, estas demostraciones fueron aumentando en complejidad y belleza y fueron desligándose de sus orígenes, empezando a organizar parties en las que diferentes creadores competían. A principios de los 90 empezaron a aparecer los grandes grupos de PC como Future Crew o Triton, cuyas creaciones seguramente sean las más conocidas por los informáticos que han oído hablar de esto alguna vez.
Un ejemplo de lo que se puede conocer como arte a la hora de programar es el llamado efecto fuego, creado por dos programadores españoles del grupo Iguana. Para poder simular un fuego se crea un grupo de pixels o puntos en pantalla de un color aleatorio, escogido de entre una gama entre amarillo y rojo, en la parte baja de la pantalla. La fila inmediatamente superior de pixels hace lo que se llama un suavizado, es decir, cada punto tiene un color que es una mezcla de los tres colores contiguos de la fila de abajo. Así, rellenando siempre esa fila y haciendo los cálculos en las siguientes se crea una secuencia de fuego.
De este modo, mientras otros se fijan en el número de asistentes, el ancho de banda de la red con que se conectan y los premios otorgados a los jugadores de Counter-Strike, yo pondré mi atención en las producciones y los resultados de grupos con nombres como Fuzzion, RGBA, Stravaganza o Concept y de ver los logros de gente apodada Astaroth, Ithaqua, Iq, Wonder, Awesome o NewAlpha.
Daniel Rodríguez Herrera es editor de Programación en castellano.