La noticia de la incorporación de Marchesi, catedrático de Psicología evolutiva en la Universidad Complutense de Madrid y gran ideólogo de la LOGSE, a la lista de Simancas ha levantado cierto revuelo entre los profesores de instituto ¿significará eso que Marchesi podría llegar a ser Consejero de Educación de la Comunidad de Madrid?
Con los sucesivos gobiernos socialistas, Álvaro Marchesi fue subdirector general de Educación Especial, director general de Renovación Pedagógica y, más tarde, secretario de estado de Educación.
En 1999, La Fundación Santa María creó el Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA) como un equipo de “profesionales de la educación” al frente del cual puso a Álvaro Marchesi, una de las personas que mejor podía conocer la LOGSE, ley que acababa de implantarse en las escuelas e institutos españoles y que traía de cabeza a los profesores y dirección de los mismos.
Desde entonces no hay congreso, seminario, publicación o conferencia sobre educación que se precie, que no cuente con la presencia de Marchesi. Curiosamente, como ya denunció en su día Libertad Digital, muchos de los informes realizados por IDEA fueron encargados y financiados por la Fundación Hogar del Empleado (FUHEM).
Tenía yo la sensación de que Marchesi había jugado durante estos años de gobierno del PP la baza de experto en pedagogía no adscrito a ninguna ideología ni partido político, ¿por qué ha decidido ahora significarse de esta manera? ¿Aspirará, quizás, como temen algunos de mis colegas y desean otros muchos, a ser consejero de Educación? ¿O acaso su relación con Mamblona y el Hogar del Empleado era lo suficientemente estrecha como para que se haya visto obligado a bajar del pedestal de la sabiduría “no ideologizada” a la arena del ring?
En principio, la inclusión de Marchesi en esa lista parece meramente simbólica, sólo un cataclismo político podría hacer que el número 106 de lista del PSOE llegara a ser diputado. Ahora bien, una cosa es ser diputado y otra muy distinta consejero. Álvaro Marchesi gana demasiado dinero vendiéndose a sí mismo como para desear ser un simple diputado, “pulsador de botón” como dice González, pero consejero de Educación ya es otra cosa, y quizás a Marchesi le estén entrando ganas de volver a la política y reformar la Ley de Calidad, a su manera. Ideas, como por desgracia bien sabemos, no le faltan.

Marchesi y el Hogar del Empleado

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